Ayer fue un día muy ajetreado para la actriz y cantante Selena Gomez. Se encontraba en Londres de promoción en diferentes radios en las que habló del inminente lanzamiento próximo disco, aún pendiente de confirmar fecha. De momento lo que sí que hemos podido oír (y ver) es Wolves su colaboración con el Dj Marshmellow, un rotundo éxito con más de cuatro millones de visitas. Las teorías conspiratorias en torno a la canción, afirmando que está relacionada con el lupus, la enfermedad autoinmune que sufre desde hace años y que, precisamente, hace unos meses le llevó a practicarse un trasplante de riñón no tardaron en llegar. Ciertas o no, esperamos que su salud siga igual de bien como parece ir tras la operación.
Lo que sí que es evidente es un cambio en el estilismo de la cantante de hace unos meses hasta ahora. Mucho más rubia, más atrevida, como la pudimos ver el otro día en los Billboard Women in Music 2017.
Para en la capital del Támesis Selena ha confiado en el vestido como pieza centras de todos los estilismos que se ha puesto y, como era de esperar, nos ha dejado boquiabiertos con cada uno de ellos.
Desde vestidos a media pierna con aplicaciones en metal como el de Proenza Schouler –al que ha añadido un jersey debajo como toque novedoso– a telas fabulosas con estampados florales, inspirados en los jardines de invierno, que propone la diseñadora francesa Isabel Marant.
Mucho más sexy ha sido el vestido de la firma Cushnie et Ochs en azul marino. Y más aún con unos mules, sin duda el calzado estrella de la próxima temporada. Sobre todo desde que Olivia Palermo eligiera sus favoritos entre los diseños de primavera-verano 2018 de la firma española Pretty Ballerinas.
Por último, y con una estética a medio camino entre mujer victoriana y 'cowgirl', Gomez apareció vestida de Coach en los premios de la moda británica British Fashion Awards 2017. ¿Nos encantó? Pues, siendo totalmente sinceros, sobre la alfombra roja Selena ha tenido mejores días. La verdad.