¿Quién no tiene una camiseta blanca de algodón en sus cajones del armario? Y ya no hablamos de la típica, en tamaño XXL, que usamos de pijama cuando nadie nos ve. Tenemos que reconocerlo, esta prenda es un auténtico salvavidas. Gracias a su versatilidad, a su sencillez y a su atemporalidad, se ha convertido en el recurso perfecto para aquellos días que no sabemos qué ponernos (a pesar de tener un armario lleno de ropa).
Esta temporada, la camiseta se ha convertido en ‘LA PRENDA’ (sí, con mayúsculas), y todas las firmas, ya sean de lujo o ‘low cost’, se han rendido a ella. Desde Gucci, Kenzo o Dior, que ya las han incorporado a sus colecciones e incluso las han subido a la pasarela, hasta Zara, que no deja de ofrecernos un amplio muestrario de esta pieza.
Desde una camiseta con logo, como la que nos propone Gucci (agotada ya) para esta primavera, hasta las camisetas con mensajes pro mujer que propuso Dior en su desfile de primavera/verano 2017 y que no hemos dejado de ver en las capitales de la moda, llevada por las it girls del momento. La camiseta se ha reinventado una vez más para conseguir ser la prenda fetiche de la próxima estación.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene esta pieza tan icónica? La camiseta de algodón blanca empezó siendo algo que no se podía ver. Pertenecía a ese grupo de prendas denominadas ‘de interior’ que no sirven más que para dar calor o para proteger la piel del cuerpo de prendas más rígidas. Dio el salto a prenda externa gracias a los soldados de La Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron a vestirla de manera externa para estar más cómodos, pero llegó a dar el golpe de autoridad cuando el actor Marlon Brando la usó para una de sus películas, en concreto en Un tranvía llamado deseo, donde lució una versión más ceñida de lo normal para la época, que dejaba ver sus brazos musculosos. El equipo de vestuario decidió estrechar la prenda y convertirla en lo que ha llegado hasta nuestros días como “camiseta” blanca.
Desde entonces, nadie se ha resistido a incorporarla a su colección y nadie ha dudado en customizarla y en darle su toque. Desde jugar con las proporciones, con los colores, con los print, fases, eslóganes, incluso para poner el logo de tu marca y esperar a que se convierta en viral.
Le debemos tanto a esta prenda que debería hacerse un “día mundial de la camiseta”. Si lo hemos conseguido con “el día mundial de la croqueta”, no hay nada que nos frene para conseguir hacerle este pequeño homenaje a una camiseta que nos ha dado y no seguirá aportando tanto.
via GIPHY