El poder político de la indumentaria deja claro que laropa puede ser, en determinadas ocasiones, una herramienta infalible. Además de ayudarnos a definir nuestra imagen, la forma en que vestimos revela de nosotras mucho más de lo que imaginamos.
A lo largo de la historia, la moda se ha mostrado próxima a algunos fenómenos sociales de gran calado. Por ejemplo, en la liberación femenina de los años sesenta. La quema simbólica de sujetadores, el boom de la minifalda ideada por Mary Quant o la irrupción en el armario femenino de los pantalones, todo ello fueron hitos sociales relacionados de alguna manera con la moda.
La corbata, un accesorio asentado en la categoría de tendencia en la temporada actual y en las venideras, también ha dejado claro su peso como símbolo en diferentes momentos de la historia.
Este trozo de tela, siempre vinculado al vestuario masculino, se coló en el armario de las sufragistas que reivindicaban el voto femenino en el Reino Unido de comienzos del siglo XX. Además de sus emblemáticos sombreros y sus looks de estilo eduardiano, en algunas ilustraciones y fotografías de la época se puede ver cómo algunas de las activistas llevaban también corbata, toda una declaración de intenciones.
Subvertir el significado de la corbata ha sido una máxima para artistas como Madonna, que también dio una vuelta de tuerca al corsé. La ambición rubia ha incorporado este complemento recurrentemente en sus looks a lo largo de las décadas. En su primera época como cantante, Avril Lavinge también hizo de la corbata una de sus señas de identidad, pero su acogida nunca había sido tan masiva como en los últimos meses. Incluso Lily Collins la ha lucido durante la promoción de la tercera temporada de la serie de Netflix, Emily in Paris.
En una era donde la línea que divide el armario femenino del masculino es cada vez más difusa, hoy la corbata es un accesorio más. Su indiscutible poder estético ha restado simbolismo a este diseño, versionado jugando con las tendencias.
Puede formar parte de un look de marcada inspiración masculina, sí, pero también funciona a la perfección en un conjunto de trabajo, con traje o en clave informal con vaqueros y camisa ancha. La actriz Elle Fanning, una de las más elegantes y audaces de la alfombra roja actual, no duda en llevarla con diseños de estética festiva, como el pantalón rosa metalizado y los zapatos de plataforma más exagerados. Ella, se decanta por una opción de Gucci, una de sus firmas de referencia.
Precisamente la firma italiana es una de las responsables de la popularidad creciente de la corbata en el momento presente. En su comentadísima colección en colaboración con Adidas presentada el pasado mayo, el todavía director creativo de la casa, Alessandro Michele, subió a la pasarela varios looks donde la corbata funcionaba como el perfecto toque final.
La actriz Julia Roberts fue una de las celebridades que sucumbió a estos diseños, esta vez con un traje en color camel. Recordemos que en 1990 la intérprete ya hizo historia al acudir a la gala de los Globos de Oro (donde se llevó el premio por su actuación en "Magnolias de acero") con un traje ancho de Armani, con corbata incluido. Aquel look estaba más próximo al concepto de "power dressing" de la época, según el cual eran las prendas de aspecto masculino las que ofrecían una imagen de poder.
Con una elección muy diferente, Jessica Chastain se decantó por la opción minimalista al integrar una corbata blanca ancha en un look negro total. Lo especial del look fue que, en lugar de llevarla con camisa, la lució con un top sin mangas en un conjunto firmado por Ralph Lauren.
En España, Penélope Cruz, con un estilismo woman in black, y Blanca Suárez con una floreada corbata de Gucci, han dicho sí a la tendencia en los últimos meses. Rosalía tampoco se ha resistido y hace unos meses se atrevió con un look multitendencia al integrar la corbata -en color negro- en un estilismo de inspiración colegial, otra estética que triunfa entre las amantes de la moda. La catalana escogió la propuesta de Prada, una firma que ha hecho de look "uniforme" un estilo en sí mismo.
¿Y en la pasarela? Además del citado ejemplo de Gucci, firmas como Prada, Miu Miu, Sportmax o Louis Vuitton, que ofreció la imagen más noventera y colorida del complemento, han recuperado la corbata para hacer de ella una apuesta de tendencia que funciona más allá del power dressing. Pero, teniendo en cuenta las colecciones de la temporada que se avecina, la corbata no será el único accesorio que adorne nuestro cuello.
Los cuellos de bebé, extraíbles y a todo color, animarán las camisas más sobrias y darán un punto preppy incluso al conjunto más desenfadado. Además, en el desfile de Alta Costura primavera-verano 2023 de Chanel, la pajarita tuvo un protagonismo inusitado como accesorio. Algo que ya adelantó Thom Browne y que se está empezando a ver en la alfombra roja.