Si hay algo que me gusta de Madrid en verano es que puedes reservar una mesa de un jueves para un viernes, sin escuchar la temida frase “estamos completos”. Aunque en los restaurantes del grupo Big Mamma, tras su éxito, puede que no se cumpla esta afirmación, aun así merece la pena ser previsor para poder cenar en Villa Capri o Bel Mondo (¿a quién no le gusta un buen italiano?). Y, si preferís el picoteo, hace unos días me enteré de que La Antigua 1913 ha abierto su tercer local en Madrid, en la Plaza de Quevedo nº4, tradicional pero con un concepto totalmente renovado, el típico bar de siempre con bocatas de calamares, patatas bravas, ensaladilla rusa, tortilla, segundejos o alpargatas.