Cuando llegan momentos especiales del año, tales como la Navidad, es cuando soy más consciente del paso del tiempo. Ayer mismo pensaba “pero si hace dos días era agosto y estaba disfrutando de la playa, el sol y de buenos arroces”. Me acuerdo como si fuera ayer y eso, en cierta manera, me asusta terriblemente. En ocasiones vivimos de forma tan automática que cuando paramos y reflexionamos un momento, han pasado seis meses. Tal vez para mí y para aquellas que os sentís identificadas, sea el momento de comenzar a vivir el presente de una forma más lúcida o despierta. No sé ni siquiera si eso es posible, pero ya que pronto estaremos en 2022, lo tomaré como uno de esos propósitos que sí pretendo cumplir.