Nueva York es la ciudad de la luz, pera también la de los sueños, el amor y la que nunca duerme. Tantas han sido las películas que se han inspirado en historias que suceden en sus calles y entre su gente que, a pesar de no existir ningún estudio al respecto, estoy segura que la película o la serie preferida de gran parte de la población mundial transcurre en este escenario. Confieso que, de mi top de contenido audiovisual la mayoría de historias transcurren en la Gran Manzana. Desde la clásica y aclamada Desayuno con diamantes, hasta los reboots de las míticas Gossip Girl o Sex and the City, sin duda, Nueva York tiene algo que hace que quien ha estado quiere siempre volver y quienes no, sueñen con visitarla algún día.

Y precisamente de ese algo, de esa "magia", han nacido grandes firmas icónicas como la adulada casa de joyería Tiffany. Testigos de grandes historias de amor y acontecimientos festivos de todo tipo, la casa neoyorkina sabe que la elegancia lo es todo y que los diamantes son lo único que dura para siempre en esta vida. Ya lo decía la canción, y también Marilyn Monroe, esta piedra preciosa es la mejor amiga de cualquier mujer.
¿Será por eso que suelen regalarse en señal de compromiso y eternidad? Lo cierto es que un anillo de compromiso sin un diamante puede ser también símbolo de amor eterno pues hay piedras preciosas de lo más distinguidas y auténticas, e incluso existen algunos diseños absolutamente hipnóticos únicamente en oro, pero es justo reconocerle a la gema por excelencia su tradicional relación con el momento de película en el que se pide matrimonio.
La casa Tiffany, referente en el sector de la joyería de compromiso y nupcial por sus solitarios de ensueño, ha lanzado una nueva cápsula que se incorpora a su lineal con un motivo muy especial: rendir homenaje a la energía y el espíritu callejero de Nueva York, su ciudad natal. Inspirada en las vallas metálicas urbanas, han diseñado anillos, pendientes, gargantillas e incluso brazaletes en oro de 18 quilates, y algunas de las piezas también llevan diamantes en pavé. Ha sido ver estas piezas tan especiales que combinan la fuerza urbanita y las líneas curvadas propias de la Casa y transportarme inmediatamente al final de alguna película romántica que culmina con una pedida de mano en pleno Central Park.