Gold&Roses
Marilyn Monroe, con un vestido rosa fucsia (y guantes a juego), su pelo rubio y joyas de una suntuosidad espléndida, cantaba en el film de 1953 Gentlemen Prefer Blondes una de sus icónicas canciones: Diamonds are a girl's best friend. Posteriormente, en Moulin Rouge (una estrafalaria obra de arte dirigida por Baz Luhrmann), fue Nicole Kidman, en el papel de Satine, quien en el famoso club nocturno parisino de principios del siglo XX, interpretó una adaptación de dicha canción, con ciertas variaciones, por supuesto, titulada Sparkling Diamonds.
Es evidente que, a lo largo de la historia, los hombres y mujeres han tenido una atracción por el oro, los diamantes y, en consecuencia, las joyas. Nadie podrá olvidar el anillo de zafiro de Lady Di, la pulsera de diamantes que lució Marlene Dietrich en la película de Hitchcock, Pánico en la escena, la pulsera de ónix (con forma de pantera) de Cartier, encargada originalmente por el rey Eduardo VIII de Inglaterra para la enigmática Wallis Simpson, las joyas de Tiffany's popularizadas por Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes o los múltiples zafiros y esmeraldas de Elizabeth Taylor.
Puede que las joyas que se lucen en las alfombras rojas, pasarelas o bodas reales no sean lo más adecuado para el día a día, ¿te imaginas cocinando un pastel (de zanahoria, por favor) con una pulsera de rubíes o yendo a la oficina a las 8 de la mañana con un collar cuyo peso resulta molesto? Además, si eres tímida, eso tiene un inconveniente: miradas, muchas miradas. Actualmente (siendo ya casi 2020) la maestría para conseguir la joya perfecta se logra con una síntesis perfecta entre la estética y la practicidad. Joyas que, como bien dice el título, no deberían molestar ni para dormir. Esta es una selección de piezas de influencia minimalista, de oro o bañadas en oro, con diamantes u otras piedras preciosas, de precio (muy) elevado y económico, algunas 100% made in Spain.