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Como decía la canción compuesta por Lee Hazlewood para Nancy Sinatra en la década de los 60, These boots are made for walkin'. Puede que el botín Leille 100 de Jimmy Choo, las botas Lacine de Isabel Marant o los botines Knife de Balenciaga sean el epítome del calzado de invierno pero, pasados los 23 años, la madurez parece incrementarse en detrimento de los centímetros del tacón.
Las salidas nocturnas son cada vez más escasas y se ven sustituidas por veladas más amenas y tranquilas en restaurantes adults only, incluso, en ocasiones, por una noche en casa con palomitas caseras y una peli de los directores Joe Wright (Orgullo y prejuicio, 2006, Anna Karenina, 2013) o Baz Luhrmann (Romeo y Julieta, 1996, Moulin Rouge, 2001, El gran Gatsby, 2013).
Asimismo los looks de trabajo se van transformando en algo más cómodo y práctico, nada de vaqueros pitillo (azules o negros) ultra ajustados, escotes de blusas fastidiosos, zapatos, botas o botines con tacón de aguja o pulseras y relojes demasiado grandes que molestan al escribir.
En la temporada otoño-invierno, tanto para salir una noche de fiesta o a un evento importante como para looks de día a día, lo mejor es optar por un botín de tacón sensato (no más de 6 centímetros) con una forma alargada que acabe con una punta fina o ligeramente cuadrada (tendencia para este 2020), así se logrará una apariencia más estilizada. Evita siempre las formas anchas y punteras redondas.
Respecto a los colores, hay uno que ha acaparado toda la atención en las pasadas semanas de la moda y es el blanco. Puede que haya sido un color vetado por muchos años en bolsos y calzado pero vuelve con más firmeza y frescura que nunca. Otros colores que aseguran el éxito son el negro, el burdeos y los tonos tierra. Además siempre se puede optar por un estampado bicolor.
Esta selección aúna una variedad de botines, todos con un tacón cómodo, cuya forma estiliza, que son perfectos para el día a día así como para eventos y salidas nocturnas.