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Los zapatos de tacón, en ocasiones, pueden ser una cruel herramienta de tortura que incita a un masoquismo por estética.
A los dieciséis años soñamos con llevar plataformas elevadas, unas Cozumel Plateau de Aquazzura, las sandalias Bianca de Saint Laurent o las 110 de Gianvito Rossi. A los veintisiete descendemos en altura y apreciamos con mayor entusiasmo las alpargatas (con cuña) Carina de Castañer, las Granville de Christian Dior, los zapatos Vlogo 40 de Valentino o los Hangisi de Manolo Blahnik. Y a los cuarenta, el calzado más habitual no tiene los quince centímetros del pasado, ni un tacón de aguja, ni cintas incómodas alrededor del tobillo, sus cuatro centímetros como máximo son más que suficientes.
Lo que encontraríamos en el armario, ya sea con 20, 30 o 40, sería el zapato clásico que sobrevive al paso de los años, a toda moda pasajera o capricho, las bailarinas, manoletinas o merceditas. Podríamos ver las Deneuve de Aquazzura, las Belle Vivier de Roger Vivier o las Almond de Bottega Veneta.
Son clásicas y atemporales, se pusieron muy de moda en los años 50 y aunque nunca se han llegado a ir, actualmente vuelven a estar muy presentes en el panorama, siendo una de las tendencias más potentes de esta primavera-verano.
Hay muchas marcas españolas que se dedican a fabricar este tipo de zapatos, crean diseños elegantes, sofisticados y en ocasiones estrafalarios que dan lugar a bailarinas de gran calidad. A veces, este trabajo y la belleza del producto no se llega a conocer por el ruido de otras marcas como Zara o Mango que pueden llegar a opacarlas inintencionadamente.
Ahora con la situación actual y la previsión de un porvenir arduo y convulso, es importante apoyar a este tipo de empresas 'made in Spain' y descubrir el encanto y magnificencia que esconden en sus zapatos.
Muchas de ellas están ayudando con donaciones. Por ejemplo Paris/64 dona el 25% del importe de todas las compras realizadas para la producción de material sanitario y la marca It's Lava está destinando el 100% de los beneficios obtenidos con la venta de su pañuelo (7€) y su correa (10€) a fomentar el emprendimiento femenino, con una beca para ayudar a la propuesta que resulte ganadora. Una forma de ayudar a las pequeñas empresas o autónomos que quieren comenzar un proyecto en estos tiempos de incertidumbre y dificultad.
En esta selección encontrarás treinta bailarinas de múltiples estilos, marcas y precios. Perfectas para llevar dentro (y fuera) de casa.