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Es innegable, el frío se ha apoderado de las calles y hogares, el cielo cada vez está más nublado, en ocasiones llora y juega a los bolos, el sol se ha vuelto perezoso y se va a dormir antes de lo esperado. Por las mañanas las hojas que todavía se aferran a las ramas de los árboles se despiertan llenas de escarcha y aquellos que se atreven a salir a primera hora deben guardar sus manos en los bolsillos si no quieren perder uno (o varios) de sus dedos.
En esta época del año la moda se vuelve de lo más barroca: capas y más capas, guantes, gorros y bufandas. Todo aquello que puede protegernos del frío es más que bienvenido aunque corramos el riesgo de parecer una bola de navidad (y mira que me gustan).
En un mundo utópico, en el que nieva en invierno (hasta en Madrid) y el dinero es infinito, optaría por abrigarme con una de las capas prêt-à-porter de la temporada Otoño-Invierno 2019/20 de Chanel, mis preferidas, la de tweed irisado en azul marino y negro y la blanca, de lana y cachemire, con bordado de plumas. Llevando una de estas prendas sería inevitable sentirse como una princesa.
Cierto es que en realidad, para el día a día, llevar una capa larga con capucha y lazo no es de lo más cómodo, podría engancharse en las escaleras del metro o limpiar los adoquines de la ciudad con su cola. Por eso, si queremos invertir en un abrigo clásico, cómodo, caliente y que dure año tras año sin pasar de moda, hay que elegir diseños atemporales y de calidad, ya que si tenemos pensado gastarnos una suma considerable de dinero debemos minimizar los riesgos.
Un abrigo de lana a cuadros escoceses, otro con doble botonadura en color camel y cinturón, la icónica chaqueta Barbour o un trench color negro, he aquí una selección de prendas de abrigo en las que sí merece la pena invertir esta temporada.