Una sicaria adicta a los diseñadores de lujo, que siempre va de punta en blanco y nunca se pone dos veces lo mismo. Su imagen es potentísima. ¿Te la imaginas? No hace falta que lo hagas. La tienes al alcance de tu mando a distancia. Se llama Villanelle, y es la mejor razón, pero no la única, por la que cualquier amante de la moda debe elegir Killing Eve entre la saturada oferta de series.
Está disponible en España en HBO y acaba de estrenar el primer episodio de su tercera temporada. Llegas justo a tiempo para engancharte a esta historia adictiva que es un soplo de aire fresco a la hora de explorar el histórico argumento de los buenos que persiguen a los malos. Ya de entrada porque, son mujeres y porque en este caso, también es la "mala" quien persigue en cierto modo a la "buena".
DESMONTANDO ESTEREOTIPOS
Tenemos creada en nuestras mentes un retrato robot común de la figura de un sicario: hombre, fuerte, con cara de tener muy malas pulgas y un buen manejo de las armas. Cada uno le añadirá luego sus peculiaridades, como si de la configuración de un personaje de videojuego se tratara -barba o no, edad, pelo, etc.-, pero en esas tres características la mayoría de nosotras coincidiría al describirlo.
Para desmontar este tipo de estereotipos, entre otras muchas cosas, está la ficción, y en el caso de los asesinos a sueldo, Killing Eve lo hace a lo grande, saltando por los aires dicha imagen con uno de los personajes femeninos más atractivos que se han escrito en el mundo de las series: Villenelle, interpretada por la multipremiada Jodie Comer.
La actriz británica ha sabido dar vida de forma magistral al personaje adaptado a la televisión por la maravillosa Phoebe Waller-Bridge -Fleabag-, a partir de las cuatro novelas Condename Villanelle de Luke Jennings. También ha sido capaz de mantener en la vida real una de las grandes señas de identidad de Villenelle, que es su impecable gusto a la hora de vestir. Hasta tal punto es así que, aunque en España su fama permanezca limitada a los seriéfilos, Comer es siempre una referencia en las alfombras rojas a las que acude, donde destila elegancia y originalidad. Exactamente igual que Villanelle en la ficción.
HBOaJodie Comer en una escena de Killing Eve
Jodie Comer en una escena de Killing Eve.
Y es que el vestuario ideado por Charlotte Lucas durante las dos primeras temporadas de la serie es una barbaridad. Cada capítulo es como asistir a un desfile de las mejores firmas del mundo, porque la sicaria es adicta a la moda de lujo, y encima nunca se pone dos veces lo mismo. Un espectáculo que está garantizado también en la tercera entrega de la ficción de la mano de Sam Perry, nuevo encargado de los estilismos, que ya ha dejado buena cuenta de que los looks de Vilanelle seguirán siendo un personaje principal más de la serie en el primer capítulo de la tercera temporada.
Eso sí, no creas que la asesina en serie y sus looks son el único motivo por el que tienes que ver Killing Eve. Su relación con Eve Pollastri, interpretada por Sandra Oh, ganadora de un Emmy por este trabajo -tiene otro por su personaje de Christina en Anatomía de Grey- es uno de los mejores duelos televisivos que puedes ver en la actualidad. La forma excepcional que tiene la serie de aprovechar decorados reales de las grandes ciudades es una forma inmejorable para viajar sin moverte del salón en tiempos de cuarentena. Y la visión femenina unida al toque de humor británico que aportan tanto sus creadoras como sus actrices -mención especial también para Fiona Shaw como tercera estrella imprescindible-, convierten a Killing Eve en todo un must. No un must como las camisetas blancas básicas; estamos hablando de ese bolso en el que te dejaste un sueldo entero porque tú lo vales y tú te lo mereces.
Ese es el nivel de Killing Eve. De esas series que nunca pasarán de moda y que aseguran el disfrute con independencia del contexto en el que las veas y del ojo crítico con el que las mires.