Colores otoñales como el azul marino, el negro o el granate han sido los protagonistas de la alfombra roja de esta 32 edición de los Premios Goya. Sedas, tules, plumas, terciopelo y muchas lentejuelas. Brillos y todo tipo de largos, aunque no tanta transparencia como habíamos imaginado. Corbatas y pajaritas. Desde luego, originalidad y variedad no les han faltado a nuestros actores a la hora de escoger sus estilismos para la cita más importante del calendario del cine español.
Aunque los abanicos han sido esta vez, en la línea del movimiento #TimesUp, el elemento reivindicativo oficial, hemos podido ver, como hicimos por primera vez en los premios Feroz, a algún miembro de la organización luciendo el traje feminista de Ernesto Artillo. Este pertenece a una colección que defiende los derechos de las féminas y que se conoce con el nombre de “La mujer que llevo fuera”.
En otro orden de cosas, Elena Furiase llamó la atención con una falda de cola negra de raso y un crop top con una sola manga de lentejuelas en el mismo tono. Antonia San Juan por su lado, con un escote de infarto a sus 56 años, quiso aprovechar la ocasión para decir en la alfombra roja que ya no es momento de reivindicar nada porque las injusticias deberían haberse solventado tiempo atrás. Macarena Gómez y Aldo Comas fueron una de las parejas más aclamadas sobre la alfombra roja. Y era de esperar porque ella estaba espectacular con un vestido de terciopelo verde con plumas en aguamarina. Y también en la línea del verde quiso moverse Cristina Castaño, que escogió el esmeralda para sus accesorios.