Si te apetece crecer diez centímetros en dos segundos; si quieres ver tus piernas interminables tal como aparecen en tus mejores sueños; si quieres observar cómo las faldas y pantalones que tienes en tu armario adquieren de repente una nueva dimensión; si quieres pasearte por la vida cómodamente y caminar y bailar hasta que el cuerpo aguante…. No hay ninguna duda: cálzate desde ya mismo unos buenos zapatos con plataforma. Encuentra tus preferidos entre la infinidad de propuestas que existen en el mercado, algunas de ellas, como las de XTI, con precios muy, pero que muy asequibles. Observa nuestra galería con atención y fíjate que entre nuestras propuestas se contempla todo: desde las plataformas en el sentido estricto de la palabra –los mismos centímetros del talón a la punta- a las sandalias con plataforma pero también con talón, más sofisticadas y llevables con cualquier look. Seguro que encuentras las tuyas.
Un invento revolucionario
Las plataformas regresaron como tendencia hace un par de años y esta vez lo hicieron para quedarse. Dueñas de una esencia revolucionaria, la que presidió los años 70, cuando arrasaron entre pantalones de campana y minifaldas, siempre han sido sinónimo de atrevimiento y rebeldía. Sin embargo, aunque vivieron su máximo apogeo justo en aquellos años, los zapatos con plataforma son un 'invento' muchísimo más antiguo. El creador de estas suelas es nada más y nada menos que Salvatore Ferragamo, que convertido ya en un famoso diseñador de bellísimos zapatos en 1935 e inspirándose en un calzado que habían llevado las meretrices venecianas en el siglo XVI para ganar altura, diseñó una suela con corcho y madera que significó verdaderamente un antes y un después en la popularización del arte de 'alzarse'.
Después de este lanzamiento legendario de Ferragamo, las plataformas vivieron una auténtica era dorada durante la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años había una gran escasez de cuero y de goma, ya que todas las provisiones de estos materiales se utilizaban para la guerra, así que los diseñadores vieron en el corcho y madera la gran solución para sus productos. Cuando la suela de cuero fue de nuevo posible, se retiraron silenciosamente y no fue hasta los años 60 cuando regresaron, al principio tímidamente, y después a lo grande, aplaudiendo la época de la revolución sexual en la que crecían las piernas y se acortaban las faldas.