Hace días que tenemos marcada la fecha de nuestras vacaciones en el calendario. Contamos los días para que al fin podamos irnos de casa unos días, salir, desconectar y dejar atrás las preocupaciones. Muchas personas optarán en sus días libres por ir a la playa ya que es un destino de lo más relajan ideal para aquellos que quieran dejar atrás el estrés de las ciudades más turísticas. Y, por eso, este artículo es para todos aquellos que se decanten por el mar, el sol y la arena.
Los looks de playa suelen destacar por su carácter desenfadado, casual y, ante todo, su comodidad. No obstante, los estilismos que lucimos la mayoría distan mucho de los de las fashionistas que suben sus fotos a Instagram. Muchas veces intentamos copiarlas –en general con poco éxito–, pero esta vez te vamos a enseñar cuáles son las verdaderas claves para acercarnos un poco a sus conjuntos perfectos.
En primer lugar, debes tener muy presente que informal y descuidado no son sinónimos en ningún momento. Sus looks son sencillos y parecen –en muchas ocasiones– fruto del azar, como si hubieran pasado por el armario y elegido lo primero que hubieran visto; en la mayoría de ocasiones, optando por grandes básicos. Pero que no te engañen, todo lo que llevan tiene un porqué y detrás de él un cuidado proceso en el que han tardado horas e incluso días en decidir qué llevar.
Lo segundo que debes tener en cuenta son los accesorios. Los sombreros, capazos, pañuelos, pulseras, collares y demás complementos juegan un papel muy importante ya que marca la diferencia y convierten un estilismo sencillo en toda una oda al buen gusto y la sofisticación.
Y, por último, el consejo que hará que puedas llevar a cabo los dos anteriores con mayor facilidad: aprende a aprovechar las rebajas. Analiza a fondo tus cuentas favoritas de Instagram y toma nota de cómo vestir con estilo en verano. Después echa un vistazo a tu armario, haz esa limpieza que tanta falta le hace y apunta lo que necesitas para la nueva temporada. Ahora que llegan las rebajas es el momento ideal para comprar todo lo que necesitas y, de paso, ahorrarte unos euros. ¡Nunca viene mal!