Que viajar nunca será igual es evidente, pero esa afirmación no necesariamente implica que vaya a ser algo peor. Tras el necesario respiro otorgado al planeta, la naturaleza se posiciona como uno de los grandes atractivos viajeros. El ‘turismo de bienestar’ es uno de los sectores de viajes que más rápido crecimiento ha experimentado en los últimos años y, con la vista puesta en un futuro inmediato, su popularidad es del todo imparable. Es un hecho, todo el mundo busca sentirse bien para vivir mejor, y la naturaleza es el medio predilecto para lograrlo.
Balnearios esenciales
Estaban aislados y esto les hacía conservar muchos secretos. Como las termas. De ahí que los primeros habitantes de las montañas ya conocieran los beneficios de las aguas termales. El secreto dejo de serlo tanto cuando llegaron los romanos, grandes aficionados a las termas, quienes no dudaron en aprovechar aquellas fuentes naturales como caldarium (baños calientes). No fue hasta el siglo XIX cuando aquellas balsas de aguas medicinales empezaron a darse a conocer entre los primeros turistas de montaña, y hoy, en pleno siglo XXI, son auténticos templos de bienestar. En los Pirineos catalanes encontramos balnearios que son auténticos lugares de peregrinaje. No es para menos. Terapias, masajes y un entorno mineromedicinal en la Vall de Boí, un lugar como ningún otro en el mundo, ya que Caldes de Boí es el balneario con mayor concentración de aguas termales del mundo. Muy cerca, aunque cruzando de valle, en la Vall d’Aran, el Banhs de Tredòs delimita la entrada al Parque Nacional de Aigüestortes, un lugar idóneo para perderse en plena naturaleza. Les acompaña el Hotel balneario Sant Vicenç, con unas imponentes vistas al río Segre y una excelente cartera de tratamientos con aguas minero-medicinales. El turismo de bienestar recupera todo su esplendor, si es que alguna vez lo perdió.
Hotel balneario Sant Vicenç.
Gastronomía y alojamiento consciente
La montaña está para comérsela gracias a su apuesta por la diversidad gastronómica, aunque sin perder de vista sus orígenes. Con una gastronomía de mercado, pero también de vanguardia, la artesanía es el ingrediente clave de una cocina con un radio de influencia que abarca hasta trece hoteles gastronómicos distribuidos por todos los Pirineos de Cataluña. Un atractivo gastro-paisajístico cuyo secreto está en el maridaje entre el descanso y la buena mesa.
Y es que viajar para comer y hacerlo de maravilla se ha convertido en una de las apuestas seguras del destino, un lugar donde la gastronomía ha cobrado un papel de vital importancia turística. El mérito es debido, en gran medida, a estos hoteles gastronómicos, de no más de 60 habitaciones por establecimiento, que cuentan con una gran representación de las recetas típicas catalanas además de otras tantas con denominación de origen protegida o indicación geográfica protegida. Con una oferta gastronómica de calidad que pasa por una cocina de mercado con productos de temporada, el viajero acude a ellos para comer bien, pero se queda tras sentirse mejor gracias al entorno cálido y familiar. La calidad en su máxima expresión es el ingrediente estrella en establecimientos como el hotel Can Boix, El Monegal o Terradets.
Hotel Can Boix en Peramola.
Tendencia natural
La naturaleza, y más específicamente la tendencia conocida como un ‘baño de bosque’ (Shinrin Yoku), es ya una una de las propuestas más demandadas en el sector viajes: los espacios abiertos y el aire puro ayudan a estimular y armonizar los procesos vitales, la esfera psíquica y emocional. Una tendencia que nace en Japón y llega hasta nuestros Pirineos catalanes para transformarnos en seres más felices y saludables. Un viaje a la naturaleza con los cinco sentidos.
En la actualidad, en los Pirineos catalanes se pueden encontrar numerosas opciones de este producto ecoturístico de salud pionero en España gracias, entre otras cosas, a que Cataluña ha sido la precursora de la instauración de estos “baños de bosque” para todos aquellos que quieran mejorar su bienestar. La tendencia natural suma y sigue en el año que aprendimos que el bienestar es mucho más que una moda.