Hay constancia de las torrijas desde la Edad Media y son un postre o merienda que no pasa de moda. Generalmente para hacer las torrijas usaríamos 200 gramos de azúcar por litro de leche pero podemos sustituir el azúcar por la miel, que de hecho es el ingrediente que se usaba originalmente para hacer las torrijas. También, como verás a continuación, cambiamos la leche entera por otro tipo de leche o bebida y no recubrimos de nuevo con azúcar sino con ingredientes como la canela, que no solamente nos aporta infinitamente menos calorías sino que además nos ayuda a reducir nuestros niveles de glucemia (azúcar en sangre).
Como curiosidad, antes de desvelarte la receta, te contamos que, según dicen, en la Edad Media se les daban torrijas a las mujeres que acababan de dar a luz por la energía que le aporta este postre a nuestro organismo. Esto quiere decir que son especialmente calóricas y que, aunque vayamos a preparar una versión sana, no podemos pasarnos en cantidades.
Se trata además de un postre de aprovechamiento porque originariamente se hacía para no tener que tirar el pan del día anterior. De hecho, aunque en España las tomamos tradicionalmente en Semana Santa, la receta tiene muchas versiones en otros países como Alemania o Francia. De ahí por ejemplo el llamado "pain perdú", ese "pan perdido" que preparan nuestros vecinos. Las torrijas eran también inicialmente una fuente de energía de bajo coste para los pobres y se popularizaron en cuaresma como otros postres porque, a falta de carne, las torrijas eran una forma estupenda de coger fuerzas.
Te vamos a mostrar la receta que nos han dado los expertos de Kölln (con algunas modificaciones) y al final del artículo te dejamos varios trucos para que, entre otras cosas, el aceite no se te vaya ennegreciendo según vas haciendo varias tandas. También para que sepas cómo puedes evitar que al freír se te partan. ¿Lista? ¡Apunta!
LOS MEJORES TRUCOS PARA UNAS TORRIJAS PERFECTAS
- El pan ideal para hacer una torrija es el pan de bollería o mediasnoches o pan tradicional. Se recomienda pedir en panadería pan precocido porque así nos quedará mucho más tierna. Si nos vamos a quedar con la opción más healthy también podemos pedir pan de centeno precocido.
- Un truco para que las torrijas queden más jugosas es pinchar con la ayuda de un palillo moruno el pan. Así hacemos que la leche penetre bien.
- Cuando sacamos las torrijas de la leche y están muy caladas, para evitar que se partan, las ponemos en una bandeja con papel siliconado o de horno y las metemos en el congelador durante dos horas. Así se endurecen y las podemos pasar por huevo más fácilmente sin que las torrijas se nos rompan. Además, al haber congelado, no se pierde el sabor de la leche. Cuando freímos se descongelan y quedan muy jugosas.
- Para que las torrijas no sepan demasiado a aceite, lo que tenemos que hacer es poner la cáscara del limón en el aceite antes de freír las torrijas. Además será el propio limón el que nos indique cuándo está listo el aceite para empezar a freír. Ese momento se produce cuando los "filos del limón", los bordes de la cáscara, empiezan a ennegrecerse. En ese momento echamos la torrija y la dejamos hasta que esté doradita.
- La temperatura ideal del aceite para freír las torrijas son los 180 grados.
- Para evitar que cuando ya hemos hecho varias tandas, las torrijas empiecen a salirnos de un color poco apetecible, podemos coger clara de huevo batida y echarla en la sartén con el aceite. Esa clara va a absorber todas las impurezas del aceite así el aceite seguirá limpio hasta el final.
¡Ahora estás lista para hacer unas torrijas saludables de auténtica profesional!