¿Que ya las has visto todas? Revísalas. O si te las encuentras en la televisión, ni se te ocurra renunciar a ellas. Estás frente una selección de blockbusters, y no tan blockbusters, imprescindibles para una maduración emocional de auténtica calidad humana.
Quizá en tu adolescencia obviaste a más de una y más de dos. Pero seamos realistas: la adolescencia es una etapa terriblemente prejuiciosa. Y al cine no hay que subestimarlo y hay que liberarlo de etiquetas fútiles. Hay que disfrutar del producto atentamente y no perder detalle, porque en cada película, siempre encuentras una lección que aprender.
Por ejemplo, ¿qué nos enseña Aliens: el regreso? A ver, esta película pone frente a nuestras narices la naturaleza animal del ser humano; ese instinto maternal y proteccionista que acaba enfrentando a la ‘reina alien’ con la teniente Ripley. Por otro lado, Olvidate de mí lo que hace es advertirnos de que no existe una cura mágica para el mal de amor; que no hay una vía rápida de superación más que la que todos conocemos. O, saliendo de la ciencia ficción, ¿qué nos enseña Pretty Woman? Que los cuentos se pueden hacer realidad. ¿Y Dirty Dancing? Pues Dirty Dancing nos enseña… ¡que este es mi espacio y ese es el tuyo!
Como decía más arriba, esta selección de películas vitales para una adolescencia real, es sólo la punta del iceberg de todo un listado de verdaderas obras maestras del cine de todos los tiempos. En esta ocasión nos hemos centrado en una época clara: finales de los 80 y primera mitad de los 90. Tal vez próximamente lancemos otra selección de imprescindibles para la adolescencia de otras épocas y otros colores. Pero sólo es un tal vez.
Ahora lo que tienes que hacer es desplegar el sobre de maíz, meterlo en el microondas y disfrutar de una buena peli.