Cuenta la literatura y narra el cine que los amores de verano son cosa de adolescentes, que destilan pasión y entrega casi en las mismas dosis que inexperiencia y pureza. Pero, como todo en la vida, este cliché tiene sus excepciones. Como por ejemplo el hecho de que José Coronado mantuviera una relación refrescante y fugaz con Paula Echevarría en el verano del 2003.
Coronado ya se había ganado la fama de mujeriego pese a no referirse en público casi nunca a su vida privada. Solía tener fotógrafos cerca a menudo, teniendo en cuenta que era una de las estrellas de nuestro cine y uno de los hombres más deseados del país. Más o menos, lo mismo que podemos decir de Paula en la actualidad.
La asturiana, que hoy vive feliz una historia de amor con el exfutbolista Miguel Torres, mantiene una carrera profesional de éxito y es una de las influencers más destacadas del país. Esto último a Coronado le queda ya lejos, pero de haber existido Instagram en 2003, estamos seguros de que también lo habría sido -basta con recordar lo que pasó con su anuncio de yogures para entender su capacidad como gancho publicitario…-.
EL MEDIÁTICO JOSÉ CORONADO Y UNA DESCONOCIDA PAULA ECHEVARRÍA
Hace 16 años, la protagonista de Velvet no era la estrella mediática que es hoy. Aunque venía haciéndose un hueco en televisión desde comienzos de siglo gracias a sus papeles en series como Al salir de clase, no fue hasta un tiempo después de su breve romance con Coronado cuando saltó a la fama profesionalmente. Fue gracias a otra famosa serie, aunque muy distinta a la anterior, El comisario.
Precisamente debido a este anonimato mediático de la exmujer de David Bustamente, y a que lo suyo con Coronado duró lo que unas vacaciones, apenas dio tiempo a que se escribiera sobre ello en la prensa de sociedad. Nos han quedado solo un puñado de crónicas y unas fotos en el aeropuerto, ya que se sabe que viajaron a Tenerife en alguna ocasión durante aquellos meses. Estas fotos son como esos coches clásicos que aumentan de valor con el tiempo. Son exclusivas y únicas, y hoy tienen mucho más interés que cuando se tomaron. Es cierto que nuevas fotos dejaron constancia de un segundo viaje a Tenerife aquel verano, pero también lo es que, sin las primeras imágenes, no habrían sido captadas las segundas.
Al parecer, la pareja de actores se conoció por un amigo en común, aunque ambos acudían con frecuencia al mismo gimnasio, un club deportivo de prestigio que contaba con socios tan estelares como David Beckham, el gran azote mediático de Madrid esos años. A la sombra de Beckham, en un perfil mucho más discreto, Coronado y Echevarría fueron construyendo una relación que terminó siendo muy breve, como ya hemos comentado. De hecho, si aquel fotógrafo no les hubiera pillado en el aeropuerto, no tendríamos ni una sola prueba fiable para estar escribiendo esta retrospectiva de su historia. Es más, tenemos que dejar a la imaginación del lector la construcción de los detalles cronológicos de la relación, ya que solo podemos situar esos dos viajes mencionados a Tenerife.

No se sabe cómo se enamoraron realmente -si es que les dio tiempo a hacerlo-; es un misterio si convivieron o no juntos durante aquel verano, Canarias aparte. Y es absolutamente desconocido el detalle más importante: por qué rompieron. Nadie se atrevió a escribir ni hablar sobre ello. Ningún motivo sólido. Como mucho, algunas malas lenguas señalaron con el dedo a Paula culpándole de haber llamado a los paparazzis para que inmortalizaran aquellas dos escapadas a Tenerife. Pero pruebas, cero, por lo que le damos el mismo número a la credibilidad de aquellos rumores.
A silenciar la historia ayudó la brevedad de la misma, es evidente, pero también el hecho de que Coronado empezara pronto una historia de amor con Elena González de Prado, con la que mantuvo una de sus relaciones más estables. Paula, por su parte, tomó la mejor decisión de su vida a nivel profesional también muy poco tiempo después de romper con el protagonista de No habrá paz para los malvados. La asturiana aceptó un papel importante en El comisario, que a la postre resultó ser el punto de inflexión en su vida, y en 2006 se enamoró de David Bustamante con quien se casó y tuvo a su hija Daniela.
Paula Echevarría y José Coronado, el amor de verano que hoy sería motivo portada de todos los medios especializados existió, y apenas se habló de él. Tan poco bombo se le dio, que prácticamente nadie se acordaba de él… hasta que han leído nuestra reconstrucción. Curioso, ¿verdad?