Más que amigas
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Lifestyle

Maribel Verdú entrevista en exclusiva para InStyle a la gurú de "la belleza invisible"

Se conocieron hace diez años en el centro de belleza Tacha Beauty , de Natalia de la Vega. Y aquel flechazo dio pie a una profunda amistad. Maribel Verdú entrevista ahora a su amiga por el lanzamiento de su primer libro, 'Belleza invisible' (RBA), un libro con el que su autora espera "poder ayudar a mucha gente".

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Maribel Verdú entrevista a Natalia de la Vega

Cuando Natalia de la Vega me pidió que le hiciera una entrevista para hablar de su libro, no lo dudé un instante y además pensé que así podíamos celebrar juntas para InStyle nuestro décimo aniversario de... ¡casadas! Porque sí, nuestra relación viene de largo. Treinta y nueve añitos tenía yo cuando la conocí y aquí seguimos, uña y carne. Y es que conocer a Natalia es descubrir a una mujer luchadora, sensible, generosa, buena hasta decir basta. Y, sobre todo, la persona más auténtica, de verdad, más sin filtros que uno pueda imaginar. Si no, pasen y lean todo lo que nos tiene que contar en esta autobiografía que escandalizará a muchos y hará reír y llorar sin parar.

Nat y su vida dan para mucho

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Belleza invisible, una 'tragedia' jocosa

Maribel Verdú: ¿Por qué no has escrito el típico libro de belleza, que es lo que la gente teóricamente esperaba de ti? Me parece que has sido muy inteligente y valiente haciendo justo lo contrario, lo que nadie espera. 

Natalia de la Vega: Creo que sobre la belleza está todo escrito. Lo primero que pensé fue: si escribo un libro, no iba a escribir; porque no soy escritora. Entonces pensé: a lo mejor la vida de una mujer, madre y empresaria, a la que le han pasado ciertas cosas en la vida que ha tenido que superar, puede resultar interesante. Y me dije: "¡Voy a escribirlo!". Quería hacerlo en un tono jocoso, porque yo siempre intento sacar el humor a todo lo malo. También hay belleza dentro de la propia tragedia. Lo compruebas con el tiempo. Quise hacer un libro que fuese fácil de leer, y que pudiese ayudar a ciertas mujeres, hombres, personas que lo lean... y eso es lo que he hecho. 

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Cómo convertir una tragedia en aprendizaje

MB: Y lo bueno que tienes es que te ríes de ti misma la primera siempre. En el libro queda demostrado. 

NV: Eso es fundamental. Con sentido del humor ves los problemas de otra forma. Si no te ríes de ti misma en primer lugar, es imposible afrontar ciertas cosas. 

MB: Lo que dices en el libro: la actitud, la actitud lo es todo. Es lo más importante. 

NV: Lo vemos en muchísimas personas, que tienen una actitud positiva ante la vida. Porque todos vamos a tener problemas, eso nonos lo quita nadie. Y vamos a vivir dificultades, pero hay que superarlas. 

MB: Hablas sin tapujos de todo (incluida la menopausia). Y cuando digo de todo es 'de todo' sin cortarte. Enhorabuena por contar verdades como puños. ¿No te da miedo que la gente pueda sentirse incómoda o quieres sacar a las mojigatas de su zona de confort?

NV: Espero que nadie lo pase mal leyéndolo. El primero que se ha sentido incómodo ha sido mi marido (risas). Le enseñaba un capítulo y decía: "¡Ay, por Dios! Pero como vas a contar eso... ¡Qué vergüenza!". Yo espero que si alguien se siente violento al menos se ría. Y que diga: "¡Es que está contando verdades!". Creo que no hay que enmascarar las cosas. Cuando las cuentas tal cual son, no hay problema. En capítulos como la menopausia... 

MB: Bueno, bueno, más adelante hablaremos de eso... 

NV: ¡Es que es la vida!

MB: ¿Sabes a quién puedes ayudar? A todas esas personas cerradas de mente. Porque eso es lo más terrible: gente que se pierde cosas en la vida por los prejuicios. Pero, volviendo al libro, en un capítulo de los muchos que encontramos en él, hablas de algo tremendo que te pasó en la vida, lo peor que le puede ocurrir a una madre (Natalia perdió, por muerte súbita, a su hijo Gonzalo, de diez meses). Creo que ayudaría a mucha gente que haya pasado por momentos trágicos saber que la actitud lo es todo en la vida, a pesar del dolor. 

NV: Y es que eso es verdad. Es algo que no vas a olvidar nunca. Yo a mi hijo le tengo a día de hoy presente constantemente -y hace ya veintisiete años que pasó-. Hago hasta locuras, que no recuerdo si he contado en el libro o no. De repente no encuentro aparcamiento en un sitio, tengo prisa y le ruego: "¡Ay, Gon! Por favor, ayúdame". Carlos, mi marido, me mira de una forma... Está curado de espanto con todo esto. Me dice: "Ay Nat...". Pero es que es así como soy yo. Siempre le meto una pizca de humor a todo. Cuando hablo de ciertas situaciones en el libro he tratado de introducir humor, porque creo que si lo haces así, cambias todo, hasta lo malo. Espero poder ayudar a mucha gente, porque a lo largo de mi vida he visto a amigas y personas muy cercanas a las que les ha pasado algo parecido y no han salido adelante. A día de hoy las ves y piensas: "¡Qué pena..." Al final hay que salir. 

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Historia de una mujer luchadora

MB: Aunque sea por la salud de tu entorno. 

NV: Sí, te vas a jorobar tú la vida y a quienes tienes alrededor. Yo solo tenía claro que no quería que pasara eso. Hice todas las cosas que estaban en mi mano (no vamos a desvelarlas, porque hay que leerse el libro) para superar la muerte de mi hijo. Cuando ocurrió, tomé ciertas decisiones que ni siquiera pensé a conciencia. Yo soy muy de "¡Venga! ¿Que ahora tengo que hacer esto? Pues voy a hacerlo ya". Y lo hice (Natalia se refiere a cuando montó Tacha Beauty, el salón de belleza que la ha hecho famosa, a cuyo nacimiento dedica un amplio capítulo del libro). 

MB: A pesar del dolor tan horrible que sentías -y que además nos cuentas en estas páginas- resulta increíble todo lo que fuiste capaz de hacer. A mí me ayudaría, con cualquier cosa terrible que pudiese pasarme en la vida, tirar de ti, como amiga, como ejemplo, como todo. 

NV: En general, el ser humano es capaz de hacerlo. Lo que ocurre es que hay gente a la que le da más miedo, porque te quedas destrozado y es imposible no estarlo. Y sobre todo porque crees que a ti nunca te va a pasar eso. Piensas: "Les ocurre a los demás, pero a mí no". Cuando te pasa cae como un mazazo y dices: "¿Ahora qué hago?". Y tienes que seguir hacia delante y hacer cosas. Ahora entiendo que muchas cosas de las decisiones que tomé entonces eran para no parar, para no volverme loca, para seguir viviendo y llevar una vida normal. 

"Si introduces humor a las situaciones de la vida, cambia todo, hasta lo malo. Con Belleza Invisible espero poder ayudar a mucha gente"

MB: Los capítulos dedicados al parto, a la menopausia... ¡¿Eso qué es?! Porque yo por lo primero no voy a pasar, ya lo sabéis. Pero estoy temblando pensando en que ¡ya no me queda mucho para lo segundo!

NV: Pues es algo natural en la vida de una mujer.

MB: Me moría riéndome sola. "¿Cómo puede ser tan burra mi amiga?", pensaba. ¡No te has cortado un pelo!

NV: Es que cuando lo estaba escribiendo me dije: "¿Por qué voy a esconder algo cuya realidad es esta?". Luego lo puedes maquillar, contar de otra forma, pero estoy convencida de que muchas mujeres van a pensar: "Qué razón tiene. ¡Es así!". Todo hay que contarlo con un poquito de humor.

MB: ¿Como que 'con un poquito'? Pero ¡qué valor! Te partes de la risa. Yo estaba... que temía despertar a Pedro (Larrañaga, su marido). Había visto un capítulo de una serie y pensé: voy a echar un vistacito. ¡Me 'comí' el libro entero del tirón! Y riéndome como una energúmena. Todo el rato visualizando a Charles, tu marido...

NV: Cuando leyó el capítulo de la menopausia me dijo: "Pero ¿crees tú que es necesario contarlo todo? Hay ciertas cosas..." Y yo le respondí: "¡Pues sí!", "Si tú lo crees, es tu libro", añadió. Y ahí terminó la discusión (risas).

"Yo necesitaba hablar de mi niño en todo momento y él, todo lo contrario".

MB: Por último: tú continúas con tu vida, como tu proceso de duelo, con tus centros de belleza... ¿En qué momento surge la idea de escribir este libro?

NV: Llevaba muchos años pensando en escribirlo y siempre se me pasaba por la cabeza contar mi trayectoria. Pero mi primer libro estaba claro que no quería que fuese de belleza (aunque algún día lo haga). De repente, empecé a escribir capítulos por mi cuenta -uno de los primeros fue el de mi parto; ¡tremendo!-, cuando va y surge la idea de escribir un libro. Lo primero que me proponen es "un libro de belleza", a lo que yo respondí: "De belleza no". Empecé a escribir capítulos aislados en el tiempo, los monté como un puzzle y, cuando ya lo tuve hecho, lo leí de corrido para ver si tenía sentido o era un rollo que te quieres morir. Me lo leí yendo a Los Ángeles (en octubre de 2018); de dediqué las doce horas del vuelo a leerlo entero. Y me empecé a reír tan alto que la gente me miraba en el avión. Pensaba: "Lo he escrito yo, sé lo que pone y me estoy riendo a carcajadas". Y también lloré. Carlos, mi marido, no puede con el capítulo dedicado a Gonzalo. Dice: "Es que me pongo malísimo". Le respondo que con este capítulo le he ayudado a él a superar muchas cosas de su hijo que no tenía superadas. Yo necesitaba hablar de mi niño en todo momento y él, todo lo contrario. Por eso a mí me encanta leer autobiografías, escuchar entrevistas... porque aprendo mucho de las cosas, buenas y malas, que les hayan podido pasar a otras personas. Y esa es la principal razón por la que decidí escribir el libro. "Si ayudo a diez personas me doy por satisfecha", pensé. Y si además consigo que otras tantas se partan de risa, pues también les habré ayudado a pasárselo bien. no tengo otra pretensión.

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