Seguro que más de una vez has sentido la tentación de volar a tierras suecas. Y seguro que en más de una ocasión, también, algún amigo o familiar ha ejercido de Pepito Grillo susurrándote las palabras menos mágicas del universo viajero: “Piénsatelo. A lo mejor es demasiado caro”.
No es que queramos llevar la contraria a nadie, pero en InSytle hemos comprobado de primera mano que Estocolmo puede no ser una ciudad tan cara como parece a primera instancia. Sí, tomarte una simple cerveza tal vez te obligue a sacar la calculadora para pasar coronas a euros ante la sospecha de que te estén cobrando una barbaridad (estás en lo cierto: el alcohol tiene unos precios desmesurados si los comparamos con España), pero hay otras cosas que son muy asequibles. Vayamos por partes.
Viaje
La opción más interesante es recurrir a algún buscador de vuelos y hoteles que te prepare el mejor pack. En esto, Booking.com juega con ventaja, así que “trastea” en su site para encontrar lo más acorde de tu presupuesto. Muy probablemente te toparás con vuelos asequibles (Norwegian, además de ser considerada la mejor línea lowcost de 2016 tiene ofertas de hasta ¡18 €! solo ida para determinados trayectos) y hoteles que, además de bien situados, no harán descalabros en tu bolsillo. Entre nuestros favoritos, Victory Hotel (Lilla Nygatan 5), un curioso establecimiento, decorado con motivos marineros, en Gamla Stan (la Ciudad Vieja), centro neurálgico de la capital, y a tan solo unos pasos del metro. En él puedes optar por alojarte en una habitación convencional o pedir un apartamento. Si eliges este último, el desayuno no está incluido, aunque siempre tienes la posibilidad de “tirar” de supermercado (ojo, porque las etiquetas de la mayoría de los productos están en sueco y en finés).
Qué ver
En Gamla Stan está la catedral (también llamada iglesia de San Nicolás), cuyo interior merece una visita. Entre sus paredes se alza el majestuoso cuadro escultórico de San Jorge y el dragón, aunque alberga mucho más arte. La entrada, por supuesto, es gratis, al igual que la del Museo Nobel (Stortorget 2), también en la Ciudad Vieja (no así el Palacio Real, que esconde alguna de las joyas con más historia de Suecia). Y aunque es cierto que a muchos de los museos de Estocolmo puedes entrar gratis (es el caso del Museo de Historia de Suecia en 13-17 Narvavaegen, un centro que merece muchísimo la pena), en la isla de Djurgarden, una de las más populares de Estocolmo, tendrás que sacar la cartera a no ser que te hagas con la Stockholm Pass (a partir de 64 €), una tarjeta turística que te da acceso gratuito a 10 de las grandes atracciones de la ciudad. Entre ellas, el mencionado Palacio Real y el Museo Vasa, el más visitado de toda Escandinavia. La estrella de Djurgarde “guarda” en su interior un buque del siglo XVII con una curiosa historia detrás. En la isla también se halla el museo Junibacken, que gustará mucho a los niños ya que, entre otras cosas, ofrece todo el merchandising de Pippi Calzaslargas imaginable. Asimismo, te toparás con el Museo Abba, a mayor gloria del grupo de música, y el recién abierto Vikingaliv, cuya temática va implícita en su nombre. Y es que los suecos tienen museos para todo aunque poco tiempo para visitarlos: la mayoría abren a las 11 y cierran a las 17. Toca cuadrar agendas…
Tours en barco
Una buena opción para recorrer gran parte de Estocolmo y las islas y presumir de que “has visto lo que hay que ver”. Puedes coger un ferry a alguna isla o hacer una ruta en torno a la ciudad. Quizás el mejor tour, en relación calidad-precio, sea Stockholm under the bridges. Dos horas y quince minutos de recorrido bajo los puentes de la ciudad (como su propio nombre indica) y durante el que recibirás una interesante charla sobre la historia y el modo de vida suecos. Está incluido en la Stockholm Pass, pero si vas por libre, que sepas que cuesta 260 coronas (casi 30 € al cambio y no es de lo más caro). Los niños, hasta 15 años, pagan la mitad.
Qué comer
Si quieres probar comida sueca a buen precio, todo el mundo te recomendará Kajsas Fisk (Hötorgshallen 3), un lugar bueno y barato. En cualquier caso, busca sitios que tengan menú del día (dagens lunch): pagarás, al cambio, alrededor de 10 €. Eso sí, ten en cuenta que las cenas son muchísimo más caras, así que lo mejor es solventarlas con un viaje rápido a la hamburguesería (la autóctona se llama Max) o a algún kebab. La hora del almuerzo empieza a las 11:30 (puedes sumar desayuno +comida) y acaba pronto. Si entre paseo y paseo te entra hambre, recurre a la Fika, el combo de bebida y bollo que tanto gusta a los sueco, o prueba los deliciosos gofres, la perdición de los golosos y cuyo olor te “asaltará” casi en cada esquina.
Qué comprar
Lo primero que te vendrá a la mente será algo de decoración. No muy barato, pero resultón. En las tiendas de souvenirs de la Ciudad Vieja hallarás todo tipo de ideas para regalar, desde camisetas vikingas a llaveros de Pippi, pasando por caballos de Dalecarlia (estatuillas tradicionales suecas). También bolsos, gorros, sudaderas… Las tiendas de los museos son otra excelente opción para llenar tu maleta de “detallitos” originales. Y no olvides algún dulce de la tierra. Tienes donde elegir: desde los típicos bollos de canela hasta las bolas de chocolate cubiertas de coco (su versión en merengue está a la venta en cajas en todos los supermercados). ¿Qué prefieres lo salado? La comida en tubo (unos 4 euros; a la venta también en supermercados) sorprenderá. Son cremas (mezclas de queso con bacon, con gambas, sucedáneo de caviar…), que se emplean para rellenar sándwiches o tostadas. Gustarán y mucho. ¡Buen viaje!