Coges una mochila y la llenas de unos snaks tipo Pandilla, o unos torreznos, algún encurtido bien avinagrado y tu refresco favorito; o en su defecto, unas latas de cerveza. Quedas en la puerta o un poco al lado o en el bar más cercano. Wherever. Pasas de pillar la entrada de antemano. Para este plan, piensas, las entradas se pillan en taquilla. Por fin te reúnes con tu pareja, tus amigas o tu ligue y te metes dentro de lo que será un recuerdo agradable, inolvidable y por qué no, incluso sexy. Una noche de cine al aire libre es PLANAZO TOTAL, y un grato recuerdo asegurado.
Cines de verano donde escapar del calor
El cine de verano ha conformado la infancia de muchos de nosotros y forma parte del imaginario de los más ilustres creadores. El cine de verano nos ha regalado escenas de canciones. Y escenas de películas que han pasado a la historia y, como no, a la nuestra. Imagina ver desde un autocine la escena del autocine de Grease.
Igual ya lo has hecho, pero debe de producir uno de esos vértigos que sufre uno cuando mira en concentración y conciencia esa manta estelar que es el firmamento. Pues esto a un servidor parece tan lejano, ahora es de lo más común a estas alturas de la película. Dentro de nuestra selección, hemos incluido los autocines más conocidos del país en los que cualquier opción de su programación te sabrá un tanto americana.
De esta forma, el cine al aire libre, los planes al aire libre, son el muro de carga de nuestro tiempo de estío. Pasamos el día defendiéndonos y preparándonos para las horas del ocaso. Para los planes del ocaso. Planes para los que, inevitablemente, el cine tiene su gran espacio.