Ya está aquí la Navidad, época de excesos: nos vestimos de una manera más exagerada que en cualquier época del año (y si no que se lo digan a Cristina Pedroche), cambiamos de peinado y maquillaje y… ¡comemos más que en ningún otro mes del año! Según expertos del IMEO, esta Navidad engordaremos una media de entre 3 a 5 kilos debido a la acumulación de días festivos y excesos gastronómicos, teniendo en cuenta que cada semana de excesos gastronómicos nos pueden aportar 1 kilo y medio de más y nos enfrentamos hasta 17 días no laborales. ¡Da miedo con solo pensarlo!
“A la hora de diseñar el menú, conviene sustituir las comidas ricas en grasas y azúcares por otras, a base de verduras y hortalizas, siendo preferible su consumo en crudo para favorecer la asimilación de vitaminas, así como restringir alimentos que aportan calorías vacías, como refrescos, dulces, snacks, golosinas y alcohol, ya que favorecerán la aparición de reflujo gastroesofágico, distensión abdominal, gases, digestiones pesadas, malestar general, aumento de los niveles de glucosa en sangre, triglicéridos y colesterol asociados con la aparición de arterioesclerosis y otras enfermedades cardiovasculares que podrían causar aparición de anginas de pecho o ataques cardíacos”, recomienda Sonia Peinado, nutricionista del IMEO.
En el día de la celebración hay que sentarse en la mesa sin hambre, porque nos hará comer con prisa y más cantidad. Por ello en lugar de ayunar o “aguantar hasta la comida”, se aconseja hacer muchas tomas pequeñas y ligeras a lo largo del día. Asimismo, comer despacio, saborear cada plato y disfrutar no sólo de la comida, sino también de lo que la rodea, recuerda la experta.
“Una vez concluida la comida, debemos retirar todas las sobras de la mesa, incluida la bandeja de dulces típicos, pero calóricos e indigestos. Así evitaremos seguir picoteando, sin escuchar a nuestro estómago y a su señal de saciedad y, por tanto, de dolor y pesadez del mismo al día siguiente,” explica la nutricionista Carmen Escalada.
¿Y si nos hemos pasado?
“Si nos hemos excedido, podemos compensarlo durante los dos días siguientes con opciones más ligeras, tomando verduras, caldos vegetales o ensaladas como primer plato e incluso como platos únicos. Y una vez pasado el torbellino de las fiestas, lo mejor es volver a nuestra dieta habitual, procurando incluso hacerla algo más ligera en la primera semana, con más verduras, menos procesados, nada de dulces y menos pan de lo habitual. En este caso, uno de los principales errores que debemos evitar es seguir comiendo dulces navideños con la excusa de que han sobrado”, señala la Dra. Laura Isabel Arranz.
Consejos fáciles para no engordar en Navidad
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Comer disfrutando de nuestros platos favoritos con sentido común y raciones pequeñas o moderadas (intentar no repetir)
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Escoger entrantes con pocas calorías (vegetales, setas, marisco, etc.) y elegir pescado y marisco para los platos principales. Y, si escogemos carnes, mejor las blancas (pollo, pavo, conejo) y cocinadas al horno.
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Reducir el consumo de pan, refrescos azucarados y alcohol en comidas y cenas.
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Con la sobremesa de dulces, racionalizar las cantidades seleccionando 2 o 3 piezas de lo que más nos guste.
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Antes y después de una comida o cena de Navidad, procurar que el resto de las ingestas del día sean ligeras a base de fruta, verdura o yogur.