No es de extrañar que Scarlett Johansson se saliera del mapa en la exitosa película de Netflix Historia de un matrimonio, cuyo trabajo en ella le valió una de las dos nominaciones que recibió en la última edición de los Oscar -la interpretación en Jojo Rabbit le valió la otra, a mejor actriz secundaria, ambas sin premio-. Ella misma reconoció en público varias veces que el guion le llegó en medio de su proceso de divorcio con el periodista francés Romain Dauriac. Pero resulta que la buena de Scarlett ya tenía experiencia previa en la materia, y qué experiencia: ni más ni menos que con el marido perfecto de América, ¡Ryan Reynolds!