Los nervios nos juegan malas pasadas. Y los vestidos de cola, los de tubo, los bodycon y los taconazos no ayudan a reducir el riesgo de que suframos un inesperado tropiezo que nos saque los colores. Menos aún si nos encontramos en un evento multitudinario con paparazzis, compañeros, competencia y fans por doquier. ¿Quién no pensó 'voy a caerme seguro' cuando tuvo que recoger su diploma de graduación en la universidad o en el instituto? El calzado era entonces algo que no pensabamos sino que meditábamos.
Pero lo importante en estos casos es tomarse la situación con humor. Siempre nos lo han dicho y a veces no resulta sencillo. En cambio, modelos como Lara Stone, han sabido hacer acopio de los mejores consejos y solventar simpatía una crisis que finalmente nunca existió. Casos milagro existen, como el que comentábamos de Jennifer Lawrence. La caída de la actriz al recojer su Oscar se convirtió en una asombrante campaña publicitaria de la firma Dior, cuya línea de alta costura la vistió en aquella ocasión.
Cada una de las imágenes que componen nuestra galería se ha convertido ya en anécdota y no nos cabe la menor duda de que las celebs sonreirán al verlas. En nosotras no solo despiertan simpatía sino también identificación. Al fin y al cabo, momentos como estos son los que hacen posible que nos demos cuenta de que, efectivamente, ellas también son humanas. Nos acercan a su lado más humano y la cercanía es mayor. ¡Qué vivan entonces las caídas de estrellas!