Con ella llegó el escándalo. Andrea Riseborough ha dado la campanada en las nominaciones de esta edición de los Oscar alzándose por encima de candidatas más solventes y con mayor apoyo de la maquinaria de Hollywood. La actriz británica está nominada por la película To Leslie, una cinta que pocos han visto (se proyectó en escasos cines estadounidenses y se estrenará en España el 3 de marzo), pero ni ello ha amilanado a la intérprete, que ha hecho campaña por sí misma desde la nada y al margen del engranaje de los estudios.
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Lo curioso de todo esto no es que haya tomado el toro por los cuernos, sino que, poco a poco, empezara a recabar apoyos de gente muy conocida que además tiene voto en la Academia. Desconocemos si le dieron el sí quiero bien porque creen en el talento de Andrea o bien por su osadía. Dentro de este team Andrea encontramosnombres tan rimbombantes como Gwyneth Paltrow, Charlize Theron, Jennifer Aniston, Edward Norton o Susan Sarandon. En el lado contrario, los sesudos señores de la Academia, temerosos de que el asunto se les vaya de las manos y se monte una especie de Chikilicuatre. O que se le desmadre el rebaño y la gente organice sus campaña en próximas ediciones al margen de los cauces establecidos, cauces que, por cierto, reportan millones de dólares que van a parar a las arcas de la industria. El círculo de la vida, ya se sabe.
D.R.Andrea Riseborough en una escena de To Leslie.
A todo esto, la protagonista del embrollo, cuyo nombre figura también en películas de reciente estreno como Amsterdam o Matilda: el musical(versión Emma Thompson) interpreta en To Lesliea una texana que gana la lotería y lo pierde todo en juergas locas, viéndose obligada a recurrir a su hijo para sobrevivir. No tenemos pruebas (tampoco dudas) de que sea un papelón, pero sí de que Andrea está en boca de todos ahora mismo más por su rebeldía que por su seguro que probadísimo buen oficio.
GtresonlineBarbra Streisand en una escena de Funny Girl.
Lo peculiar de todo es que no es la primera vez que la Academia de Cine se ve metida en líos. Revisando los archivos hemos visto que hubo varias ocasiones en las que a los académicos se les fue la fiesta de las manos y algunas tienen protagonistas femeninas. Por ejemplo, la edición de 1969, cuando Barbra Streisand y Katharine Hepburnempataron en la lucha por el premio a la Mejor actriz. Ambas con el mismo número exacto de votos: 3030. El fantasma del tongo sobrevoló el escenario, pero hubo final ¿feliz?. Como Katharine no estaba ni se la esperaba y Barbra era la única de las dos sentada en el patio de butacas, el Oscar goes to Streisand por Funny Girl.
GtresonlineSusan Sarandon y Tim Robbins.
Susan Sarandon, una de las actrices que apoya ahora a Andrea, también tuvo su cuota de protagonismo. Fue en 1993, cuando subió a entregar un premio junto a su entonces marido, Tim Robbins, y ambos se marcaron un speech a favor de la acogida de haitianos enfermos de SIDA. La Academia amenazó con vetarles de por vida, propósito que les duró día y medio teniendo en cuenta que Sarandon ganó el Oscar a Mejor Actriz tres años después por la película Pena de muerte. Y sí, lo recogió en persona.
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Ese mismo año, 1993, fue el del Oscar por ‘error’ a Marisa Tomei. La actriz se llevó el premio gordo por la película Mi primo Vinny (que ni fu ni fa) imponiéndose a maestras de la talla de Judi Dench, Vanessa Redgrave o Miranda Richardson. La leyenda cuenta que el encargado de leer el galardón a la Mejor Actriz se equivocó de nombre y la Academia dijo aquello de “bueno, ya está hecho, pelillos a la mar”. Hoy en día, a Marisa le siguen preguntando en las entrevistas si se considera merecedora del premio o fue una concatenación de errores. Lo mismito que Gwyneth Paltrow cuando la interrogan acerca de Shakespera in Love.
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Diez años después, en 2003, tuvo lugar uno de esos momentos de ‘tierra trágame’ más loco (con permiso de Will Smith, claro está). Ocurrió cuando Halle Berry presentaba el galardón a Mejor Actor y este recaía en Adrien Brody por El pianista. El intérprete, ni corto ni perezoso, subió al escenario, y antes de dedicarle el galardón a sus padres, maestros, animales de compañía o lo que venga siendo habitual, le plantó un morreo a Halle. No estaba planeado, pero ella aguantó el tipo como pudo. Eran otros tiempos, y muchos sitúan precisamente en ese instante el germen del Me Too.
Sea como fuere, creemos que la Academia permitirá que Andrea Riseborough se presente con sus mejoras galas en el Dolby Theatre. Otra cosa es que gane, que todo puede ser. Y ahí sí hará historia. En sus pantallas, el próximo 12 de marzo.