La temporada de las bodas comienza a estar en su pleno apogeo. Una ocasión perfecta para repasar algunos de los vestidos de novia (y trajes de novio) que nos dejaron impactados, en el peor sentido de la palabra. Juegos de volúmenes imposibles, transparencias, exceso de tela, brillos por doquier y un afán por los vestidos estilo princesa (en Estados Unidos se les denomina estilo Las Vegas) que no querrías ver ni en el álbum de fotos de tu peor enemigo.
Una boda es una fiesta del amor donde sin lugar a duda lo más importante es que la pareja se sienta cómoda con lo que lleva, pero si el secreto mejor guardado de este tipo de celebraciones es el vestido de la novia hay algunos que desearíamos no haber conocido nunca.
Los diseños nupciales han experimentado cambios a lo largo de la historia, sufriendo los vaivenes de la moda, a su favor y en su contra (como en esta galería). Seguro que muchas novias de los años ochenta se sintieron auténticas princesas con su vestido de mangas de farol, emulando a Diana de Gales, y muchas otras se enamorarían de la originalidad de Tina Turner.
Diseños de grandes firmas, como Vera Wang y Armani (a los que más allá de épocas y de modas) no encontramos excusa. Al igual que propia la Sara Jessica Parker, que aseguró recientemente arrepentirse de haber vestido de negro el día de su boda con Matthew Broderick, muchas sabrán también lo que es haberse dejado llevar por un estilo que ahora mismo no consideran el más apropiado.
Céline Dion, Mariah Carey (no esperábamos menos de ella), Salma Hayek y hasta el mismísimo David Beckham no escapan al escrutinio nupcial. Toma nota de los estilos en los que no deberías inspirarte para tu boda, porque no siempre blanca y radiante va la novia.