Dicen que los aromas están relacionados con nuestra historia personal y que existen terapias que ayudan a resolver situaciones traumáticas a través de los que uno rechaza instintivamente. Así lo afirma María Jurado, creadora de la firma de velas perfumadas Suniti Essence. Es un tema curioso y a la vez muy sencillo, "si hueles un perfume que te gusta, hace que tengas emociones positivas", señala María, y estas, por tanto, te conducen al bienestar. Una cadena perfecta de sensaciones.
Las velas nos aportan luz tenue y calidez, "si a ellas unimos los beneficios de la aromaterapia, estimulamos el sistema límbico, y en nuestra caja del recuerdo que está en el cerebro, activamos una emoción", explica Melanie Clark, directora de la escuela internacional de aromaterapia en Barcelona (EIA). Conclusión: ojito con las velas que pones en el salón o en la mesa de casa y no la enciendas sin antes estar segura del aroma que posee y de sus posibles consecuencias emocionales.
Un rato con amigos se lleva mejor, según Melanie Clark, "con toques cítricos como el pomelo, mandarina, bergamota o limón" y si el momento nos pide mayor tranquilidad, "lavanda vera y mandarina verde", concluye. El momento de lectura, que suele ser solitario, Melanie lo concibe con incienso, benjuí o cedro.
Aún con todo, los olores son, por lo general, un tema muy personal. María Jurado nos habla del incienso o el sándalo para meditar y, sin embargo para ella la vela perfumada que mejor le va es la magnolia champaca. "Con esa planta sagrada he creado mi vela Silence Time, que ayuda a relajar la mente y a entrar en estados meditativos", ideal para terminar el día. No obstante, si la noche promete, nada mejor que unas "velas con aromas picantes y sensuales y notas de sándalo y oud".