Desde la antigüedad las referencias a la fuente de la eterna juventud –capaz de curar y devolver la juventud a cualquiera que beba de sus aguas o se bañe en ellas– han sido innumerables. De hecho, incluso aparece en el mítico cuadro de El Bosco, El jardín de las Delicias. Sin embargo, cinco siglos después de la realización de esta obra aún no hemos sido capaces de parar el paso del tiempo de manera milagrosa, aunque es cierto que la ciencia y el buen hacer de los expertos de belleza nos han ayudado para engañar un poquito al reloj.
El estudio ‘Por siempre joven’, realizado a 7.000 mujeres de 11 países por Olay, revela que la edad se está convirtiendo en algo irrelevante: el 66% de las encuestadas creen que esta es menos relevante hoy en día de lo que fue para sus madres y el 56% se sienten al menos cinco años más jóvenes de lo que son. De hecho, los resultados obtenidos reflejan que realmente estamos viviendo en una era sin edad, en la que las mujeres se definen por cómo actúan, piensan y sienten, más que por su edad cronológica.
Pero, ¿qué es lo que más les preocupa de su aspecto a las mujeres maduras? El 4,3% de las encuestadas creen que la flacidez de la piel del rostro es la característica física que más puede desvelar la edad de una mujer, el 47,2% piensa que son las arrugas en el contorno de los ojos y solo el 9,2% el tono de la piel. Y, en cuanto al cabello, las canas son las grandes enemigas del aspecto juvenil. Por eso empezamos a teñir la melena en cuanto aparecen las primeras de ellas, haciéndolo el 42,4% de las españolas y tan solo el 1,5% de los españoles, según datos de la consultora Kantar Worldpanel.