Hace unos meses Adela R. Porto, formada con el Dr. Payot en París en los años cincuenta y maestra de algunas de las esteticistas con más renombre de nuestro país, me hablaba del tónico como del pan para comer. La dieta no es planteable en cosmética, así que hablamos de un producto imprescindible que, sin embargo, ha sido sustituido -cuando no eliminado- de la rutina de cuidados diarios. ¿Cuál es su función? ¿Por qué no deberías saltártelo? ¿Cómo y cuándo se aplica? Y algo que nos trae de cabeza ante el boom de aguas micelares y lociones: ¿En qué se diferencia de estas? A continuación, te aclaramos las dudas.
Su función Es el paso final, el broche de oro de toda limpieza que se precie. “Reequilibra el pH, activa la microcirculación y favorece la absorción de los activos aplicados a continuación”, detalla Adela R. Porto. En resumidas cuentas, no hay crema que funcione sin una piel preparada adecuadamente. Esto es: limpia.
Cómo y cuándo Por la mañana y por la noche, después de la limpiadora y antes de la crema. “Por la mañana, aplícalo con los dedos mediante ligeras presiones, siempre en movimientos ascendentes y en dirección contraria a las arrugas o líneas de expresión. Por la noche, pon una cantidad generosa en un algodón -éste ayudará a arrastrar restos de suciedad que no haya eliminado la limpiadora- y comienza a depositarlo desde el escote hacia el cuello, de aquí a los maxilares y, después, hacia las orejas, pómulos y frente”, describe la esteticista.
¿El agua micelar y las lociones sirven de tónico? “No, son productos diferentes y realizan distintas funciones”, aclara Marta Gamarra, directora de formación de Rodial y Novexpert. Y aunque es cierto que el agua micelar limpia y tonifica, “se obtienen mejores resultados de limpieza utilizando limpiador y tónico”, insiste la experta, que considera el agua micelar “un producto 2 en 1 muy indicado para pieles sensibles y delicadas que enrojecen con facilidad en el momento en el que se manipulan”. En cuanto a las popularizadas lociones, si son tonificantes hablamos de la misma eficacia que el tónico, mientras que si son hidratantes “realizan la función de pre-sérum, por lo que habría que aplicar previamente el tónico”.
A cada piel el suyo Algunos tónicos van más allá de la limpieza y son, además, tratantes. “Contienen activos hidratantes, calmantes, equilibrantes y/o activadores para aportar a la piel lo que necesita desde el primer paso del cuidado”, asegura Adela R. Porto. Marta Gamarra añade: “El ingrediente que nunca va bien a ninguna piel es el alcohol. Teniendo eso claro encontramos principios activos maravillosos como el agua de azahar, calmante; hammamelis, que descongestiona; clavo, con función antiséptica; o agua de rosas, que previene el envejecimiento celular y calma”.
En la galería, descubrirás nuestros tónicos top. Fíchalos bien porque todos tienen un plus.