Geles reductores, anticelulíticos, alisadores de cintura... Nos gusta pensar- para qué engañarnos- que esos michelines, la piel de naranja y incluso esos kilos que hemos ganado después de Navidad; van a esfumarse sin esfuerzo, y entonces es cuando compramos la cremita.
Error número 1. Y no del producto, error nuestro. Antes de elegir y desembolsar dinero en estos botecitos, es aconsejable que seamos realistas y tomemos una decisión inteligente.
PARA QUÉ NO SIRVEN
- Para perder peso. No sustituyen a una dieta, ni al ejercicio. Por lo que no van a hacer que quememos calorías, así que ten claro esta premisa. No son adelgazantes y no vas a ver descender los números en la báscula.
- Para combatir la obesidad. Es más, todo este tipo de productos se indican para personas en normopeso. Es decir, que se encuentren en un peso saludable. Si este es tu caso, primero trata el problema con ayuda de un médico, será la única forma eficiente de solucionarlo. Pero no tires el dinero.
- Quemar grasa. Como decíamos antes, la combustión de las células grasas se produce cuando el organismo tira de esas reservas para alimentarse o mediante el ejercicio físico intenso. Se trata de una función demasiado intrínseca, una crema no puede hacer ese efecto de manera tan superficial.
- Destruir adipocitos. Ni efecto liposucción, ni nada por el estilo. Un adipocito sólo se elimina extrayéndolo de manera mecánica o rompiéndolo con otro tipo de tratamiento de medicina estética. Lo dicho, una crema no va a arrancarte la grasa de cuajo, ya nos gustaría.
- Para mantener su efecto en el tiempo. Nos referimos a que son tratamientos 'Cenicienta' en los que tienes que ser íntegramente constante, y cuando se acabe el producto comprar otro. Su efecto desaparece cuando lo terminas de usar.
PARA QUÉ SÍ SIRVEN
- Para alisar la piel. Y ese es el efecto más visible que puedes notar. Es la llamada 'acción reafirmante', todas estas cremas tienen una propiedad alisante por la que se escudan en su efecto anticelulitis. Pero lo cierto es que la celulitis es provocada por unas fibras que tiran hacia el músculo haciendo que se formen los hoyuelos, estos cordones de fibra se pueden seccionar con tratamientos tipo Cellfina (con anestesia) o con liposucción.
- Para mejorar su aspecto. Al final, masajeando la zona ayudamos a mejorar la circulación, hidratamos la piel y con la ayuda de los ingredientes lipolíticos la dermis luce más bonita y lisa.
- Para ayudar a drenar líquido. También, debido al masaje y a ciertos componentes, facilitan la salida de líquidos por lo que sí que podrás notar una pérdida de volumen.
- Para favorecer la eliminación de grasa tóxica. Ésta es la que debido al estrés, la mala alimentación o un mal estilo de vida segrega grandes dosis de ácido araquidónico para protegerse. ¿La conclusión? Se produce un desequilibrio en la combustión de grasas y se hace más lentamente. Algunos reductores como el Somatoline Noche Detox ayudan a eliminar ese tipo de toxina para facilitar la reducción de esas grasas.
Así que teniendo toda la información sobre la mesa, estos son los reductores que cumplen su función: ni más ni menos (y eso ya es mucho).