Como cada verano, hay un producto estrella que no debe faltar en nuestra maleta para cualquier escapada: además de los bañadores y bikinis que tanto hemos ansiado llevar, la crema solar es otro de los elementos vitales para nuestros días de playa y desconexión. Además de preparar la piel para tomar los primeros rayos de sol del año, debemos prepararla también durante la exposición solar. Y protegerla solo lo podemos hacer con cremas o aceites con un SPF (factor de protección solar) elevado. Y a pesar de que cada año estamos más concienciados con el tema, es cierto que aún seguimos comiendo muchas locuras que pueden dañar nuestra piel.
El melanoma o cáncer de piel es una de las enfermedades más diagnosticadas en nuestro país y en la mayoría de los casos es por una mala práctica tomando el sol. Aunque cada vez estamos más concienciados en que no debemos tomar el sol sin un buen SPF (filtro de protección solar). Pero, a la hora de elegir el correcto y que más funcione con nuestra piel, hay una duda que siempre nos ronda la cabeza: ¿qué textura es mejor?
Protector solar: la textura según tu tipo de piel
Llevamos toda la vida creyendo que las cremas con aceite son idóneas para conseguir un bronceado mucho más rápido, pero, en realidad, la textura no tiene nada que ver con el tiempo en que conseguimos ver resultados. En formato crema, espuma, agua o aceite, ninguno te prometerá efectos en más o menos tiempo. En realidad, qué tipo de protector solar elegir depende de nuestro tipo de piel y nuestra comodidad.
Es decir, que si tenemos la piel seca, es mejor una textura en aceite, para hidratarla al mismo tiempo que la bronceamos. Pero si somos propensas a tener granitos, es mejor una textura en agua y que nos aporte la menor grasa posible.
Así que no dudes ni un instante en hacerte con las novedades de nuestras firmas favoritas y empezar a broncearte, pero SIEMPRE con cabeza y protección.