El frío reseca, descama y deshidrata la piel, entre otras consecuencias. Si tienes esto claro y te lo tomas en serio (los efectos a largo plazo de no cuidar la piel con los cambios de temperatura pueden llegar a ser irreversibles), puedes conseguir que tu piel esté nutrida y sana durante todo el año.
La piel del rostro y la de las manos es la que más sufre en invierno, por lo que hemos de prestar más atención y cuidados a lo largo de toda la estación. ¿Lo mejor? Dedicar tiempo al uso de mascarillas (¡sí, las hay para las manos!) y, sobre todo, mucha crema hidratante.
Los labios también tienden a agrietarse, por lo que llevar un bálsamo o vaselina en el bolso te ayudará a prevenir. Por otra parte, siempre solemos olvidarnos de los pies. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es que están demasiado lejos de nosotras mismas? (...) Al ocultarlos con nuestros calcetines y nuestros botines de temporada, pasan a un erróneo segundo plano durante estos meses. Combate las pieles muertas y aprovecha que es invierno para llevar a cabo algún tratamiento intensivo.
La mejor rutina de hidratación corporal la podrás llevar a cabo después de la ducha (lo decimos por el momento pereza, que nos conocemos). También son muy efectivas las fórmulas para justo antes de dormir y las que puedes utilizar varias veces a lo largo del día, como los bálsamos labiales o cremas de manos. En nuestra galería hemos seleccionado varios productos específicos para ciertas partes del cuerpo que te ayudarán a combatir el frío y todos los efectos adversos que ello causa en nuestra piel. Hidrátate en profundidad, lucha contra la sequedad y no permitas que tu rostro y tu cuerpo sufran los cambios de temperatura. Tú eliges.