No solo determinados cosméticos tienen un poderoso efecto anti-aging. Además de tu piel, tu pelo también tiene mucho que decir al respecto por lo que lucir un corte y un color adecuado puede ser, sin lugar a dudas, tu mejor carta de presentación.
Existen multitud de opciones, aunque el truco según los expertos siempre está en evitar los contrastes demasiado pronunciados y escoger colores que queden lo más naturales posibles.
EL RUBIO, EL FAVORITO
En este sentido, son las tonalidades claras las que suelen asociarse a la juventud por aquello de que suavizan el rostro y le aportan luminosidad, hecho por el cual el rubio es el matiz que más se sigue pidiendo en las peluquerías con el paso del tiempo aunque no resulte favorecedor a todo el mundo.
Lo más recomendable es, por tanto, evitar una melena negra porque resalta al máximo las arrugas y las líneas de expresión y olvidarse también de mechas artificiales como en rosa, azul o verde. Grábate esto a fuego: naturalidad, ante todo.
Si no te atreves con cambios demasiado radicales, prueba con algo discreto a modo de transición como unos sutiles reflejos dorados o una suave coloración en un tono más claro al tuyo. Son solo pequeños detalles pero capaces de dar un soplo de aire fresco a tu cabello al tiempo que lograrán quitarte unos años de encima.