¿Sabías que a partir de los 15-20 años el cabello comienza a oscurecerse? Para revertirlo existe una técnica llamada baby blonde que realizan a medida en la peluquería y devuelve a la melena el castaño con reflejos naturales de la infancia (incluidos los mechones más claros del contorno). Otros rubios como el “champán plata” o el “mantequilla” son los salvavidas para neutralizar las canas sin tener que teñir todo el cabello, en el caso del primero, o iluminar las pieles apagadas y cetrinas en el del segundo (descubrirás que en las más maduras funciona ¡como un colorete!).

Pero no sólo hablamos de rubias. Si eres morena, deberás saber que el castaño oscuro vuelve con fuerza y que, además, es un color que hace que la melena se vea más sana, densa y brillante. Permanece atenta también a los matices cálidos, como el caramelo en un sinfín de variedades, ya que restan dureza al rostro y rejuvenecen. El pelirrojo, para quienes no se atreven con un rojo en llamas, resulta irresistible en su variación ginger soft, un delicado tono entre rubio y rojo. Descubre de la mano de los expertos cómo son, por qué favorecen (en especial a quienes tienen el cabello fino y sin brillo) y qué técnica es la adecuada para lograrlos.