3 peinados para la melena larga

Peinados melena larga — Fotografía: Danniel Rojas. Realización: Piluca Valverde.

Editora de belleza

Actualizado a 09 de marzo de 2022, 18:11

Esta noche, Telecinco emitirá el cuarto capítulo de Entrevías, la ficción de Alea Media y Mediaset que ha conseguido mantenerse líder los martes, todo un hito en tiempos de plataformas. En ella, José Coronado encarna al ex militar Tirso Abantos, quien tiene que hacer frente, entre conflictos interraciales, a las tribulaciones de su nieta Irene, una joven de origen vietnamita a la que da vida Nona Sobo, barcelonesa del 2000. “Le pasa de todo. ¡Pobrecita! Aun así, es muy fuerte”, defiende la actriz, sorprendida aún por la gran acogida que está teniendo la serie. Felicidad doble porque supone su bautismo interpretativo (hasta ahora había hecho algo de publicidad). “Estaba en Madrid de promoción justo antes de que se emitiera el primer episodio. Salimos corriendo a coger un avión y preparamos un visionado en petit comité con algunos actores de Barcelona y más gente del equipo. Desconecté el móvil porque para eso soy de la vieja escuela –a mí, llámame, ríe– y, para el primer anuncio, ya estaba sonando y la gente diciendo que le encantaba. ¡Ese día llegamos a 5 millones de espectadores!”, cuenta entusiasmada.

Nos citamos con Nona, cuyo nombre real es Mariona Soley Bosch, en la que también es su primera sesión para una revista de moda. El estilista Jorge Peris le realizará tres looks diferentes –gracias a una melena que le sobrepasa la cintura– de la mano de la firma de productos capilares I.C.O.N. Auguramos que a esta le sucederán muchas más editoriales y que podremos decir aquello de “yo la vi primero”. Su agenda promocional comienza a llenarse y, antes de que un taxi se la lleve al plató de “La Resistencia”, hablamos con ella para conocerla mejor.

¿Ha sido el de Entrevías tu primer rodaje?
¡Sí! El primero de ficción. Fue casualidad porque estaban buscando un perfil como el mío, yo pasaba por ahí y dijeron: “¡Venga, probamos!” (ríe). Tenía muy claro a qué me quería dedicar. De pequeña me encantaba ponerme tacones, bailar, saltar, la ficción, la moda, la publicidad… este mundillo. Hasta que a los ocho años, estando en un supermercado con mi madre de compras, me vio una booker que buscaba nuevas caras para un anuncio de Barbie. Pensé: “Barbie es todo lo contrario a mí. ¿Yo de Barbie?”. Pero era de instrumentos musicales y ahí empezó todo.

Y ¡hala!, a debutar con Coronado...
(Risas). Pasé varios castings y uno de los últimos, donde ya se decidía si me cogían o no, consistía en hacer una secuencia con él ¡en su casa! Vinieron una de mis managers de Barcelona, otra de Madrid y mi madre. Montaron una pequeña producción. Estaba nerviosísima; espero que no salga a la luz la prueba porque la hice no mal, lo siguiente. Pero nos caímos superbien.

Él dice que se ha erigido en tu padrino. ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado?
Me repetía que intentase no actuar. Quizás porque yo exageraba mis gestos en las secuencias. Me decía: “Cuanto menos fuerces mucho mejor porque te lo vas a creer más”. Y es verdad: cuando pretendes actuar no te sale tan bien como quieres. Es mejor lo de creérselo, decir la frase y, de ahí, a ver qué sale. Tú tira. Déjate llevar. Y disfruta. José me decía: “¡Vamos a jugar! ¡A ver qué pasa!”.

¿Te has sentido apoyada por tus padres en tu decisión de ser actriz?
Mi madre tenía más ilusión que yo. Me ha apoyado en todo lo que he hecho, está super orgullosa de mí, y lo digo así de claro. Mi madre es de las de “lo que tú digas lo hacemos, lo probamos y, si no sale, pues a otra cosa”.

Y ¿le has dado mala adolescencia, como Irene a su abuelo en Entrevías?
A ver… Soy muy buena, ¿vale? (risas), una chica responsable, pero tengo un poco de mal carácter y a los dieciséis años me rebelé e hice alguna trastada. Quién no ha tenido una adolescencia difícil, ¿no? Irene de carácter es muy parecida a mí, pero en experiencias la pobre lo pasa muy mal. Conforme avanza la serie (ya están grabados los 8 episodios de la segunda temporada) vais a ir empatizando con ella.

¿Eres chica de metas? ¿Te has propuesto alguna?
Uno de mis sueños era hacer una serie o película y ya lo he cumplido. Ahora, que venga más y mejor y que salgan proyectos, Me encanta trabajar. Y espero emprender con algo mío. Me gustaría escribir con mi madre un libro sobre la adopción [Nona es de origen tailandés]. Creo que es un tema interesante y, de alguna manera, tabú. Yo lo tengo muy normalizado pero a la gente, por una cuestión de respeto, claro, le asusta preguntar.

Tras emitirse en abierto, Entrevías podrá verse en Netflix, con lo que obtendrás visibilidad internacional… ¿Eres consciente?
¡Claro! No sabemos aún las fechas en las saltará a Netflix, pero esperamos que ahí haga el boom del boom. Me plantearía hacer castings fuera pero se necesita un inglés muy bueno y ya me cuesta el español, porque me adoptaron con dos años y me he criado con el catalán. Pero ojalá, ¡quién sabe!

¿Qué actrices son tus referentes?
Angelina Jolie es una diosa. Me encanta la potencia que tiene actuando y cómo cambia de una peli a otra. Me parece impresionante. Españolas, Úrsula Corberó y Blanca Suárez. Yo tengo en la serie alguna secuencia del tipo de las que hace Úrsula en La Casa de Papel, de acción y decir el guion a la vez, y me ha costado la vida. La veo y alucino.

Por último y ya que estamos con un tema de pelo… ¡esa melena tan larga! ¿Nunca te la has cortado?
De pequeña siempre iba a por las tijeras y me cortaba el pelo. Con cuatro años cogí un mechón del flequillo y, ¡zas!, me lo corté. ¡Me quedó bien por casualidad! Para la serie me querían dejar la melena sobre los hombros o más corta y puse cara de póker. “¿No vamos a aprovechar aunque sea un poco el pelo?”, dije. Les convencí y he mantenido la melena.

¿Te esmeras en cuidarla?
No requiere demasiado mimos porque mi genética es buena. El truco es ponerme aceite por las noches en las puntas, envolver la melena en un gorro para no manchar la almohada e ir a dormir. Por la mañana, das dos lavadas y queda el pelo supersuave.

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