Eyeliners de colores primarios (Ports 1961 se decanta por el amarillo), ojos ahumados desgastados (Altuzarra y Fausto Puglisi), lápiz de ojos negro sobre la línea de agua (Alberta Ferreti y Mugler), máscaras de colores en tono vivos (Molly Goddard) y sombras que van del rosa al rojo, pasando por el coral (Paul Smith, Kenzo o Chanel) son las propuestas para decorar los ojos que se han visto en las pasarelas primavera/verano 2017. Y, aunque parezcan proposiciones bastante dispares, todas ellas tienen algo en común: convertir al maquillaje en algo sincero y cercano; alejado de los filtros y de la perfección de cara a la galería.
"En los desfiles de primavera hemos visto que la esencia es ser fiel a uno mismo, por lo que la individualidad es la que manda", explica Maite Tuset, senior artist de M·A·C. Es por eso que "las tendencias ya no se focalizan en una sola vertiente, sino que el fenómeno RRSS ha provocado que las propuestas sean cada vez más abundantes y dispares y que la belleza esté más abierta a nuevas incorporaciones", añade. De hecho, los diseños de moda cada vez son más complejos, lo que requiere de un maquillaje más relajado y menos elaborado. ¡Se acabó pasarse horas delante del espejo para conseguir un look impoluto!
Apuesta por productos dos en uno, texturas fáciles de aplicar y tonos que puedas lucir las 24 horas del día. Todo ello para lograr una mirada fresca, vivida y que no necesita de continuos retoques para tener fuerza y personalidad. Y si quieres añadir a tus ojos un extra de modernidad, alíate con el acabado wet -lo han propuesto Blugirl, Emanuel Ungaro o Gareth Pugh-, que es muy fácil de conseguir: tan solo tendrás que aplicar algo de vaselina, con ayuda de los dedos, sobre tus párpados.