A todas nos ha tocado ir unas cuantas veces al aseo a retocarnos el maquillaje a lo largo de la noche. Especialmente, los labiales son los que más tienden a ir perdiendo fuerza y pigmentación. Es un error pensar que todos los que son de acabado mate aguantan el paso igual, pero lo cierto es que el acabado no trae consigo más o menos duración. Por eso, un labial mate cualquiera no te va a solucionar la noche. Antes de dar por sentado que tiene esa cualidad, hay que asegurarse de que no sea de los que resequen los labios, por ejemplo.
Y de los que no suelen resecarlos en absoluto, los que son en formato barra, pueden llevar a confusión. Debido a su textura más cremosa que los labiales líquidos, las barras de labios pueden no parecer muy duraderos. Pero no es así, existen algunos que te sorprenderían.
Un truco habitual de maquilladores en sesiones de fotos o desfiles, es el uso de perfilador. Con uno del mismo color (preferiblemente) que la barra o labial líquido a aplicar, colorean los labios enteros, perfilándolos y posteriormente rellenando el resto. A continuación, aplican el labial con normalidad por encima del perfilador. Esto hará que la duración parezca muchísimo mayor ya que, al ir perdiendo pigmento el labial, siempre quedará el color (exacto) del perfilador debajo.
Es importante también aplicarlos sobre unos labios correctamente hidratados. Lo ideal es una pequeña exfoliación previa, para arrastrar todas las pieles muertas y pellejos que luego no nos hacen nigún favor. A continuación, aplicaremos un buen bálsamo labial (cuanto más suntuoso mejor) y dejaremos actuar durante al menos veinte minutos. Mientras que vamos haciendo el resto del maquillaje, los labios irán hidratándose poco a poco y el acabado mate lucirá muchísimo mejor sobre una boca totalmente lisa y jugosa.