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¿No tienes tiempo y sueles comer o cenar fuera con mucha frecuencia? Te entendemos bien. Sabemos que comer en casa requiere mucho más tiempo y, sobre todo, esfuerzo, pero te beneficiará de muchas maneras, ¡te lo aseguramos! Para empezar, ahorrarás dinero. Una comida hecha en casa cuesta mucho menos que un plato en un restaurante. Además, ten en cuenta que muchos alimentos que encontrarás en los restaurantes contienen altas cantidades de calorías y, si comes en casa, tienes la opción de escoger tus propios ingredientes. ¡Así sabes lo que estás comiendo! Ten en cuenta que apostar por alimentos sanos y nutritivos te dará más energía y hará que te sientas mejor.
Cómo dejar de comer fuera (y adelgazar)
Para empezar, aprende a planificar tus comidas. Muchas veces comemos fuera, porque no hemos planificado el menú semanal. ¿Nuestro consejo? Invierte en una pizarra magnética para la nevera que te ayudará a planificar tus comidas y tu lista de compra. Así cumplirás tus objetivos. Además, invierte en unos recipientes para llevar la comida al trabajo y hazte con un libro con recetas fáciles. Evita las tentaciones: en vez de tomar el tercer café frappé con nata, lleva tu propia taza reutilizable al trabajo. Cómprate unos envoltorios de cera de abeja para que la comida siempre esté fresca.
Y si tienes que comer fuera, toma nota de estos trucos:
- No llegues a la comida con mucha hambre. ¿Cómo conseguirlo? Simplemente come cinco veces al día.
- ¡Olvídate de las salsas! Son una de las primeras cosas que se recomiendan eliminar en una dieta de adelgazamiento.
- No te pases con las bebidas. Los refrescos engordan muchísimo y no son sanos, es mejor apostar por un vaso de agua.
- Opta por un postre sano. Tómate un poco de fruta y evita los pasteles y las tartas.