"Nunca es tarde si la dicha es buena", y seguramente esta frase te la repites para ti misma casi como un mantra si has tomado la decisión de sufrir, sudar, y levantar peso con un único objetivo: sentirte mejor. El deporte y tú nunca habéis sido mejores amigos pero ya es hora de acercar posturas y darle una oportunidad.
Si hay tanta gente que conocemos que el deporte ha cambiado sus vidas, les ha hecho ser mejores, ganar en confianza y además mejorar su condición física, ¿por qué no puede pasarnos a nosotros?
Para ayudarte un poquito más a "ver la luz" hablamos con Carlos Quevedo (@carl_fitnes), licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte y entrenador, y esto es lo que nos ha contado.
1- Ponte en manos de un profesional: porque posiblemente no sepas qué tipo de ejercicios tienes que hacer, cómo realizarlos... Necesitas a un especialista que diseñe tu entrenamiento, no vale usar 'la tabla de una amiga'.
2- Ponte objetivos alcanzables: puede que esto sí que lo sepas, pero siempre tienes una voz interior que te dice que quiere perder el máximo peso en el menor tiempo, tonificarte en un santiamén... Los cambios necesitan paciencia, tenlo en cuenta. Ah, y no te obsesiones con la báscula (ya te demostramos que, en realidad, el peso es solo un número, no demuestra que hayas adelgazado).
3- No pasa nada si fallas un día: no tires la toalla por eso. Pensabas ir a entrenar ese día y no has ido, o incluso esa semana no lo has hecho. No significa que todo esté perdido, sigue intentándolo siempre, aunque falles.
4- Hazlo fácil: con entrenamientos cortos al principio de una media hora, y dos o tres veces en semana. Si te planteas ir todos los días dos horas, no irás ni uno sólo. Amplía los objetivos de manera progresiva.
5- Vigila la dieta: no significa que te pongas a régimen. Quizás no persigas un adelgazamiento, a lo mejor quieres ganar volumen, tonificarte... Pero que lo que comas acompañe tus objetivos en el gimnasio y vaya acorde con él.
6- Empieza con entrenamiento de fuerza: para prevenir lesiones y notar cambios más rápidamente, lo que hará que te motives mucho más.
7- No cambies de rutina cada dos por tres: al menos debes mantener una constancia de 8 semanas con la misma planificación, es el tiempo que tu cuerpo tarda en adaptarse a esos ejercicios y notar los cambios.
8- Sé constante: porque es la única manera de ver resultados a largo plazo, no vale pegarse una paliza en un momento dado ni pisar el gimnasio media hora a la semana.
9- Mira más el espejo que a la báscula: porque esa es la imagen más fiable que vas a tener de que las cosas están saliendo bien.
10- ¡Estira! Muy bien después de cada sesión, evitarás lesiones y seguir con tu objetivo.
Así que... ¿A qué esperas? Todo lo bueno se hace esperar, plantéatelo como un estilo de vida nuevo que te hace sentirte bien.