Miriam Núñez Del Bosque
Hace unas semanas, Blanca Gallego (Marketing and Communication Manager de Kiko Milano), me hizo soñar con la Costa Almafitana, con sus playas bañadas por el Mar Tirreno, sus casas y palacios antiguos construidos en la montaña, sus terrazas con sombrillas blancas de tela y flores púrpura. Cerca del agua había tumbonas y toallas de playas del hotel, Palazzo Avino.
Me imaginé la Torre de San Andrés al atardecer, las farolas que se van encendiendo hasta crear un paseo prodigioso, un cielo despejado, la perfecta noche de verano. Por último, fantaseé con una cena romántica a la luz de la velas, mi pelo todavía estaba mojado de la ducha y mi piel bronceada y brillante por las cremas. Olía a uno uno de mis perfumes favoritos, Café Rose de Tom Ford.
Las olas rompían de fondo, la temperatura era agradable y el camarero empezaba a servir un plato de pasta alle vongole, acompañado con un vino, un Val delle Rose Cobalto Bianco del 2017.
Aquel día parecía imposible no fantasear con las vacaciones, las bonitas habitaciones de hotel con vistas, los desayunos buffet, la tranquilidad de la ausencia de responsabilidades, los días de playa interminables bajo el sol o leyendo un libro bajo la sombrilla. Anhelar el agua salada al contacto con la piel y el olor del after sun tras una ducha fría.
De pequeña me encantaba que mi madre me embadurnara el cuerpo con la crema after sun de Isdin, a día de hoy su aroma me traslada 15 años al pasado. Ya sea por los recuerdos o la melancolía, es un paso que nunca me salto tras haber tomado el sol.
Además, últimamente me dejo aconsejar por la maravillosa Mercedes Migoya, una de las mejores farmacéuticas y especialista en dermofarmacia. Ella siempre dice que tanto la fotoprotección como el cuidado de la piel después del sol, son dos pasos indispensables.
El after sun no puede sustituirse por una crema común. Tiene propiedades específicas que necesitamos para reparar tanto el rostro como el cuerpo. Al usarlo después de una larga jornada de sol, nos rehidratará, algo muy necesario pues la radiación UV en nuestra piel, provoca la pérdida de agua y una sensación de tirantez.
La dermatóloga Paloma Cornejo también advierte sobre los rayos UVA: “Son altamente perfudiciales, provocan que las fibras de colágeno y elastina se debiliten y disminuyan, comenzando así el proceso tan temido del envejecimiento”.
Los productos after sun están formulados para calmar la piel, bajar la inflamación y reparar el daño oxidativo. Por eso, algunos de los ingredientes más comunes son el aloe vera, la urea, la caléndula o, incluso, el ácido hialurónico.
Nos ayudará a evitar la descamación y uno de sus atributos más sorprendentes es su capacidad para bajar la temperatura de nuestra piel. Suelen tener un efecto refrescante y calman los picores que nos haya podido producir la exposición solar.
Aun así, parece que la característica más cautivadora para el público general es su capacidad para prolongar el bronceado. Los after sun actuales están formulados con ingredientes como la dihidroxiacetona (DHA) extraída de la caña de azúcar o de la remolacha, los cuales activan la melanina protectora y sellan el color dorado.
En esta selección encontrarás 23 productos after sun (cremas, bálsamos, emulsiones, mascarillas, etc.) para reparar la piel después del sol.