Hay ciertos errores que solemos cometer en nuestra rutina diaria de belleza: el uso de toallitas desmaquillantes con alcohol o perfume, no utilizar un limpiador facial mañana y noche, exfoliar en exceso (o no exfoliarte lo suficiente) y de forma abrasiva, no hidratar la piel lo suficiente o, el más pertinente hoy, saltarse el importante paso del sérum.
¿Qué es el sérum?
Este es un producto cosmético de uso diario cuyos principios activos se encuentran en altas concentraciones por lo que sus beneficios son mayores. Suelen tener una base acuosa lo que facilita su aplicación, aunque también pueden encontrarse en forma de gel o emulsión. Aun así, es fundamental que el sérum no contenga aceites pues estos bloquearían su penetración en la piel y dejarían un acabado graso, impidiendo el uso posterior de una crema hidratante (aquí te dejamos las mejores hidratantes de farmacia, al mejor precio).
Su concentración supera el 70% y luego dichos productos son mezclados con el exicipiente o la sustancia inactiva creando la fórmula final. Esta característica los diferencia de las hidratantes o antiarrugas, unas gotas de sérum pueden ser igual de ventajoso que un frasco entero de crema. Por eso es común que notemos los efectos con mayor rapidez, en ocasiones, de la noche a la mañana.
¿Cómo debe ser su aplicación?
La piel debe encontrarse totalmente limpia. Primero hay que utilizar un desmaquillante y tras este un limpiador facial. Después secar el rostro suavemente (y a toques) con una toalla de algodón. Una vez que hemos seguido estos pasos y hemos facilitado su penetración, se puede aplicar el sérum. Unas gotas de producto son más que suficiente, no debemos excedernos, tiene una rápida absorción y llega hasta la capas más profundas.
La piel no debe notarse grasa ni tirante y debemos esperar unos minutos antes de aplicar nuestra crema habitual.
¿A qué edad debe empezar a usarse?
El sérum no es un producto que trate exclusivamente las arrugas, las manchas o la flacidez, también puede tratar la irritación, la rojez, la sequedad, el exceso de sebo o problemas de acne. Por ello no es un producto exclusivo para pieles maduras, por sus múltiples y diversas propiedades puede utilizarse perfectamente desde los 20 años, para tratar cualquier problema de la piel o prevenir futuros.
También es cierto que dependiendo de la edad, nuestro rostro tiene unas carencias u otras. Por eso es importante elegir un sérum adecuado y específico que nos ayude a tratar de forma personalizada los problemas o necesidades de nuestra piel.
¿Qué tipos de sérum podemos encontrar?
La variedad es abrumadora pues podemos encontrar uno para cada necesidad, problema o tipo de piel. Uno de los más buscados son los hidrantantes, perfectos para pieles secas a las que no le funciona solo la crema. Otro de los más comunes es el sérum antiedad que suele llevar antioxidantes, ácido hialurónico, colágeno o retinol. Hay otros con propiedades regeneradoras indicadas para pieles con cicatrices, calmantes para pieles sensibles, irritadas o con problemas de eczema o rosácea, antimanchas, iluminadores, reafirmantes, revitalizantes...
En esta selección encontrarás 12 sérums con diferentes características y beneficios.