"Hay bebidas que son mejores que otras pero hay que quedarse siempre con el mensaje de que son menos malas, nunca buenas", dice el experto. Andújar nos dice que se justifica de alguna manera el consumo de vino tinto, por ejemplo, por la presencia en él de polifenoles, potentes antioxidantes. Pero nos recuerda que estos están asimismo presentes en otros alimentos y que no es necesario beber vino para aportárselos al organismo.
"Todas las bebidas alcohólicas dificultan la digestión pero dependiendo de la graduación que tengan, es decir, del etanol que contengan, son más o menos malas", nos dice. "Pero siempre hay que tener en cuenta que no son digestivas por mucho que se diga", recalca.