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Fibras naturales en sus prendas

Utilizando materiales como tencel, lino, cáñamo, algodón reciclado, papel de algodón orgánico reciclado y sobre todo algodón orgánico, demuestran que pueden hacer prendas y accesorios con buena calidad y respetando al medio ambiente y a las personas que participan en la cadena de producción.

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Marcando la diferencia

Skunkfunk es una firma que marca la diferencia desde la creación de las prendas hasta su embalaje y etiquetado, pasando por iniciativas de reciclaje de prendas en sus tiendas. Comprometidos con la reducción de su huella de carbono.

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Cuidando los detalles

En las últimas colecciones han introducido nuevos tejidos y texturas, además de rellenos naturales hechos de maíz para chaquetas acolchadas. Otra novedad es la Introducción del Certificado Fair Trade (comercio justo). En los accesorios han utilizado materiales con mayor durabilidad y tecnología aplicada para crear prácticos bolsos con luz interior.

Con motivo de la presentación de su colección Primavera-Verano 2018 nos hemos trasladado a Bilbao para conocer en primera persona esta firma sostenible y hemos tenido la oportunidad de hablar sobre sostenibilidad y moda con su directora creativa, Maia Eder.

Skunkfunk es una marca que nació en los años 90 en Bilbao. ¿Qué os hizo encaminar vuestros diseños hacia la sostenibilidad?

En primer lugar fue el impacto que nos causó ver en nuestro viaje a China que el agua salía roja de las fábricas. Ese fue nuestro punto de partida para intentar cambiar nuestra forma de producción y nuestra manera de crear las cosas que amamos hacer, que es diseño y moda. Es como tener el control de esta parte que está más atada a la producción y el cómo hacer estas prendas. Creo que esa fue la conciencia de vivir de cerca el desgaste del agua y lo que puede afectar a la contaminación, en este caso en China, pero se produce en todos los países de la misma forma. Y luego diría que la segunda cosa viene quizás por nuestro modo de vida, el entorno verde del País Vasco y nuestra alimentación ecológica. Yo creo que al igual que somos lo que comemos, la ropa que es una piel externa, es también lo que vestimos y a veces tengo la impresión que olvidamos que la ropa viene de las plantas y viene de la tierra.

¿Cómo definiríais el target al que se dirigen vuestras prendas y accesorios?

Es una mujer de alrededor de 30 años, aunque también tenemos clientela de 25, 40 o 50 años. Hoy en día en el mundo de la moda el tema de edades creo que se ha roto un poco y el público es amplio en Skunkfunk. En las colecciones trabajamos esta versatilidad, tenemos modelos que pueden ir a diferentes rangos de edad según como los vistan. A nivel sociológico, nos dirigimos a una mujer con carácter que quiere diferenciarse y que no busca exclusivamente la tendencia. Es, en definitiva, una mujer que quiere algo que no encuentra en otras producciones grandes o más generales.

¿Skunkfunk? ¿Cómo se os ocurrió este nombre para vuestra marca?

Hay mucha influencia musical en esto, suena como una repetición de sonido y viene de una canción de Galiano (grupo de jazz inglés de los años 90). Esta escena musical se acerca mucho a nuestros principios ya que empezamos precisamente nuestras ventas en festivales de música de estos años.

¿Cuáles son las fibras y materiales sostenibles que utilizáis en vuestras prendas?

Usamos principalmente el algodón orgánico y ahora también hemos introducido el algodón reciclado para nuestra colección Primavera Verano 2018. A nivel de fibras naturales trabajamos con el lino, el rami (que viene de la ortiga), el liocel, tencel (que viene del eucalipto) y el cáñamo. De fibras sintéticas, el poliéster reciclado. Para los rellenos usamos una fibra que proviene del maíz y para las bolsas de plástico de los embalajes se usa también fécula de maíz o de arroz, depende del país. Las etiquetas las hacemos con algodón reciclado y los botones con cáñamo y algodón reciclado, es decir, que intentamos también cuidar los detalles.

Hemos visto que vuestros procesos se basan en la sostenibilidad desde los materiales hasta el embalaje del producto final. ¿Cómo se consigue ser una marca casi al 100% sostenible?

Es muy difícil, nosotros pensamos que estamos recorriendo un camino donde tenemos todas las puertas abiertas y que tenemos que ir trabajando un poco en todo de manera versátil y holística. Creo que es imposible alcanzar el 100% porque la sostenibilidad es una manera de hacer las cosas y ya el hecho de producir ropa ya no es sostenible porque estamos dejando una huella de carbono. Nuestro trabajo lo vemos más basado en cómo hacer que esta huella tenga el menor impacto posible en el planeta o que tenga un impacto positivo. Ahí hay que trabajar en todos los campos y al final el 100% es una escala de grises. Nosotros en todo intentamos acercarnos al máximo a ese 100% pensando en cada detalle como el transporte, las fibras, el trato a las personas, la electricidad de las tiendas,etc. Hay muchos campos que tocar y es complicado pensar que podríamos estar algún día al 100% pero ya estamos siendo pioneros en esto y muy pocas marcas están a nuestro nivel hoy en día.

Para vosotros, ¿cuáles son las ventajas de serlo?

Ofrecer un producto de diseño y hacer lo que nos gusta, lo que amamos que es puro diseño, estampados, color, arte... pero de una manera de la que nos sentimos orgullosos de hacerlo. Creo que detrás podemos encontrar a un público que también estará orgulloso de pagar por un producto que está diferenciado también en el proceso de fabricación y, que esa elección servirá para hacer un planeta un poco mejor y pagar a los trabajadores de una forma decente y más justa por su trabajo.

¿Dentro del mercado sostenible qué es lo que os diferencia del resto?

Somos una de las marcas que tiene más variación de producto. Es más fácil hacer, por ejemplo, una marca de camisetas y vestidos de punto y que todo sea de algodón orgánico y sostenible. Lo que nos diferencia es la amplia gama de productos que tenemos: abrigos, pantalones, punto, tricot, bolsos, carteras y todo intentamos hacerlo de manera sostenible. Somos una marca que está enfocada a la moda, muchas marcas sostenibles por ejemplo están en un enfoque de producto un poco más técnico, entonces o crean prendas básicas o producen prendas más técnicas. En el mundo de la moda es complicado encontrar una marca sostenible detrás de un producto que tenga una caída, un estilo, una arquitectura, un diseño. Nosotros defendemos el diseño además de la forma de hacer las cosas.

¿Cómo convenceríais al consumidor de que tendría que encaminarse hacia la moda sostenible?

Primero, eligiendo moda sostenible el consumidor tiene un poder más grande que su voto. Con esa elección se cuida el planeta y a las personas que hay en esta cadena de producción tan larga. Creo que no está establecido este concepto en los hábitos de hoy en día pero que cada vez más la población joven se está moviendo hacia el camino de la sostenibilidad y que quiere elegir. El problema es que es muy opaco y no hay transparencia en el mundo de la moda. Nosotros defendemos eso y damos al consumidor total transparencia, informando sobre nuestros procesos, nuestros proveedores, nuestras fábricas, y los certificaciones que demuestran que decimos la verdad. El consumidor final a veces está perdido porque las marcas no hacen el esfuerzo de informar cómo producen sus productos, no sabe muy bien cuales son los procesos y los impactos que producen las marcas.

Tenéis tienda online disponible para Europa, Estados Unidos y Canadá. ¿Habéis pensado abrir las puertas a otros países próximamente?

Sí, nos gustaría mucho abrir el mercado en Asia. Tenemos una tienda en Japón que vende bien y como producimos en Asia nos gustaría que también nuestro producto se venda aquí. Es un mercado muy diferente, ya lo hemos intentado, hemos tenido tienda en Hong Kong, pero requiere mucho esfuerzo y que de momento no hemos logrado. Ahora estamos un poco más abiertos a América del Sur, hemos abierto Chile y estamos mirando abrir a México, que quizás por tipo de morfología y cuerpo sabemos que puede encajar muy bien Skunkfunk.

Este mes de octubre el museo Guggenheim de Bilbao celebra su XX aniversario (al igual que Skunkfunk) y vosotros tenéis una colección de bolsos que la gente puede comprar allí. ¿Cómo ha surgido esta colaboración?

Básicamente fue porque cuando creamos esta marca, yo personalmente me la he imaginado en la tienda del Museo Guggenheim y he pensado que siendo una marca local de Bilbao es una pena que no tengan un producto que vaya un poco más con el target más “arty” de su clientela o la gente a la que le guste el arte darles la oportunidad de tener un producto así. Propusimos una colaboración, les gustó nuestra propuesta y a raíz de eso han comenzado a comprar nuestros bolsos. Están muy contentos y nosotros también lo estamos porque es una unión directa con el arte.