El miedo eterno: "Yo no me pinto los labios porque me hace los dientes amarillos". Si eres de las que secundan esto, no te preocupes, volverás a pintarte los labios sin necesidad de someterte a un blanqueamiento. Has estado escogiendo el subtono de labial inadecuado y ese ha sido el problema.
La rueda de color: la clave para elegir tu pintalabios ideal
Si nos fiamos de la teoría del color, tendremos que acudir al color opuesto al amarillo en la rueda de color para conseguir anularlo. Es decir, serán los tonos violetas y los azules los encargados de hacer este trabajo. Eso no significa que tengas que pintarte los labios en estos tonos que, por otro lado, son tendencia; sino que el subtono bajo el tono principal de tu pintalabios, tiene que ser este. O, para que sea más fácil, opta por los tonos fríos.
En realidad, los colores más cálidos tienen partículas amarillas y naranjas y esas son las culpables de nuestros consejos. No siempre sucede pero evitémoslos en la medida de lo posible.
Atenta al 'shopping' de los tonos que más te van a favorecer en este sentido.